TEJIENDO UTOPÍAS

Las primeras luces del amanecer vistieron el cielo de gala con sus bellos colores.
Durante la noche no había podido conciliar el sueño, además del calor propio de la época la humedad agregaba cansancio al cansancio.
Sorprendida escuchaba el canto de un pájaro trinos envolventes que me llevaron a pensar que tal vez estuviera perdido buscando el nido donde seguramente descansaban sus crías.
Abrí el ventanal una suave brisa era la música perfecta para que las flores del jardín comenzaran una danza sutil, de esa forma quitarían de sus pétalos las fotas de rocío con la intención que el sol no quemara con sus destellos dorados cada uno de aquellos.
Cuando no puedo dormir planeo estrategias algo que heredé de vos o viceversa.
Carecía de sentido quedarme en mi casa.
Luego de un baño reparador, elegí ropa liviana para salir.
Contraté un auto para ir a cualquier lugar.
Viajar sin destino preciso a veces logra que encontremos paisajes maravillosos sin viajar demasiado tiempo.
Puntual llegó el auto que había solicitado minutos antes,.
El chofer me preguntó hacia donde me dirigía mi respuesta lo desorientó le pedí que me llevara a cualquier lado donde pudiera encontrar un poco de alivio a la pena que produjo la tragedia de tu ausencia.
Viaj siempre con la misma agencia por razones de seguridad.
Me llevan a todas partes y luego me van a buscar por lo tanto no tuve la necesidad de contarles mi historia.
Aún conservo algo de orgullo y reserva como para contarle a desconocidos que te guste demasiado rápido dejando truncos sueños y proyectos compartidos.
Me preguntó si confiaba en él, la respuesta fue positiva.
Expresó que me levaría a un ligar que no quedaba demasiado lejos del punto de partida, contesté que desde que no te tengo, tiempo es algo que poseo en abundancia.
Extraño el trajín de un pasado que nunca voy aceptar que concluyó.
Después de poco más de una hora de viaje llegamos a un poblado totalmente distinto a cualquier barrio de una ciudad cosmopolita.
Entramos por una avenida central, la sombra de los árboles a ambos lados del camino formaba un arco perfecto de abrazos compuestos por el verde de las hojas.
En ese instante de ensoñación donde sierre sos el actor principal me informó que iríamos a una vieja hilandería.
Sitio donde se conservan antiguos telares de rodos los tiempo.
Nos recibió la persona que se ocupaba de cuidar la antigua hilandería hoy Museo de los telares antiguos-
Una mujer de cabellos blancos con una mirada especial, recordé la tuya, tan vivaz como la de Cecilia, ese es el nombre de la anciana que conserva una vitalidad fuera de lo común.
Invitó a pasar a quien me transportó hacia ese sitio soñado, con amabilidad le respondió que prefería quedarse bajo la sombra de los árboles para no interrumpir la conversación de dos mujeres, gesto que no me va a alcanzar la vida para agradecerlo.
Cecilia me preguntó si deseaba beber un jugo antes de pasar a la sala principal.
Acepté con agrado.
Mientras estábamos sentadas debajo de una pérgola de perfumadas glicinas relató que ese lugar tenías tantos años que no podía calcularlos con exactitud.
Lo había heredado de sus bisabuelos.
Cecilia también había tenido una familia que el destino le quitó,
Fue así que en lugar de dejar vencerse por el dolor lo enfrentó.
Convocó a trabajadores para que el negocio siguiera funcionando, era necesario mantener las máquinas que son tesoros difíciles de encontrar.
Recorrimos el salón de los telares, piezas de gran valor que hoy lamentablemente la tecnología dejó como si fuera material de descarte.
Mostró conmoción cuando le conté mi historia demasiado parecida a la de ella. Pregunté que había detrás del cortinado de pesado terciopelo azul.
No dudó en responde rápidamente que allí se encontraba la joya del museo.
Un telar muy antiguo que solo ella podía utilizar pues sus cientos de agujas, eran de cristal de Eslovenia.
Me preguntó si deseaba que confeccionara algo especial dedicado a vos hijp.
Sin pensarlo contesté que me gustaría que ese telar tan especial confeccionara un lazo que me permitiera enlazarlo con las estrellas de tu cielo.
Cecilia le pidió al chofer que me había trasladado que pasara por mí al día siguiente a hora temprana, era el tiempo que necesitaba para confeccionar ese lazo que lleva con su tejido a concretar utopías.
Sorprendida observé como programaba el telar con agujas de cristal.
Quiso saber de qué color quería el lazo, cuando le dije blanco me respondió que a vos no te hubiera gustado.
Amalgamó colores suaves que suponía te gustarían a vos sino a la estrella que pretendía enlazar para llegar a vos.
Mi habitación estaba preparada con todo lo necesario para descansar.
Pocas veces tuve un sueño tan reparador.
Mi vida no pude contener mis lágrimas al ver una cinta tan bella como enorme.
Quise pagar por el trabajo que Cecilia desarrolló mientras dormía.
Su negativa me asusto, solo dijo que los sueños no tienen precio, solo esperaba que mi stop+ia se convirtiera en realidad.
Nos despedimos con un abrazo interminable.
Sentí que tus alas rodeaban nuestros cuerpos.
Tu presencia alada está siempre.
Regresé a casa acunando el lazo como si fuera el bebé que tantas veces acuné en mis brazos.
Te amo con vehemenia casi demencial.
Sé que no debo agregat nada más pues vos solo me comprendés.
Te quiero y por ello te pido que nunca te olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=mmbTHgFlvLI&t=2002s