Buenos días mi tesoro.
Te saludo en una mañana fría, acorde con la época del año
que estamos transitando, pese a que tuvimos jornadas estivales.
Ello me trae recuerdos de todos los lagos que conocimos
juntos.
Verdes o azulados, dependiendo de la conformación de las
rocas y algas que se encuentran en las profundidades.
Todos espacios para dejar volar la imaginación.
Los más hermosos están en el sur de nuestro extenso país.
Otros nacieron de la mano del hombre, cuando se necesitó
crear represas para espacios áridos
Desde plataformas especiales, los encargados regulaban la
entrada o saluda del agua.
No son tan atractivos cono los naturales.
Seguramente el motivo es que todos conocemos su historia.
Las otras vertientes de agua están desde siempre.
La de la imagen que antecede a este contacto se parece a una
esmeralda gigante.
En ambas riberas en su inicio tiene árboles de tonos
cobrizos.
Pronto mutarán al verde conocido por todos.
Un par de rocas desvía
su curso, permitiendo observar el agua transparente, corriendo hacia
senderos estrechos, con menos profundidad.
Ello propicia a los
jóvenes comiencen con sus piruetas para luego transformarlas en destreza, en el
instante que desean nadar.
Todos los espejos de agua se caracterizan por algo especial.
El de la vista que antecede mis letras, transmite paz.
Nos gustaba visitarlos cuando la asistencia de turistas era
escasa.
Todo el lago era para los dos.
Una pareja de gorriones había edificado su nido en las ramas
más altas de un bello árbol.
Una delicia oírlos, cantar.
Los seres
pertenecientes al reino animal, en especial los pájaros, buscan sitios
donde la reina es quietud.
Generalmente el hombre prefiere el bullicio de la ciudad.
No he regresado a ninguno de los panoramas, visitados con
vos.
Mantengo encendida la llama de los recuerdos.
Regresar a esos enclaves, no podría.
Me faltarías vos.
Las heridas del alna se mostrarían a cielo abierto.
No es tiempo de compartir la tristeza.
Hemos sido viajeros incansables.
Nunca regresaré para visitar espacios compartidos.
Carece de sentido, hurgar en el dolor.
Tampoco es saludable volver en absoluta soledad, a esos
sitios recorridos, tomados de la mano.
Riendo con sincera felicidad.
No te tengo.
No es mi interés volver a esos espacios soñados.
Sería una tortura inmerecida.
Por ello mi decisión.
De ninguna manera es antojadiza.
Las heridas por tu partida jamás cicatrizarán.
Es tan grande el amor que te
tengo. Prefiero resguardar
nuestros recuerdos hasta el momento en que el destino tome la decisión de propiciar nuestro
reencuentro o castigarme en la oscuridad.
Una ironía siendo la madre de un ser de luz.
A lo largo del tiempo los lagos han sido fuente de
inspiración para los poetas que los describen tal cual son.
¿Leemos?
“El lago
de Javier del Granado
Sobre el terso cristal de malaquita
que aprisiona el soberbio panorama,
el carcaj de la aurora se derrama
y el bridón de los andes se encabrita.
Su ala de nieve la leyenda agita,
muerde las islas una roja llama,
y de la ola el sonoro pentagrama
el hachazo del viento decapita.
Sofrena el sol su cuadriga en el lago,
salpicando de lumbre los neveros,
y en el lomo de fuego del endriago.
Emergen de la bruma del pasado,
la sombra de los incas y guerreros,
bajo el palio de un cielo constelado.”
Es agradable releer las letras de los grandes autores.
Representan una caricia para el alma.
La mía tendrá esa sensación, el día que se produzca el
reencuentro.
¿Existirá?
¿Por qué dudo de todo cuando tendría que mantener intacta la
capacidad de soñar, en la continuación a tu lado?
¿En qué lugar están alojadas mis creencias?
¿Dónde se sustentan estos cambios tan dramáticos?
¿Encontrándote podré hallarme yo?
Preciso darte un beso.
Sin muchos aquellos que esperan aletargados.
Conocen sos el único
dueño, desean estar con vos para no perder su esencia.
Te amo hijo querido.
Es imposible intentar seguir sin tu presencia.
¿Para qué?
¿Por qué?
En este mundo plagado de inequidades, estas no deberían
existir.
Las madres traemos vida a la vida.
Nunca imaginamos en un segundo ese estadio puede terminar de
manera irreversible.
Nuestro deseo es que los hijos nos vean envejecer.
Son nuestro cable a tierra,
En mi caso el sinónimo de desamparo es espanto.
Nadie me dice qué hice mal.
Todo es pasible de rectificarse.
Quiero soñarte hijo mío.
No creo sea algo no
se pueda cumplir.
Te extraño.
Nunca asumiré mi mejor amigo murió.
Como siempre hijo mío preciso pedirte, nunca olvides cuanto
te quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=3XmU0nCj7bs
No comments:
Post a Comment