Tuesday, November 05, 2019

DESTINO: TU ALMA



Buenos días amor de mi vida.
Anoche esperé visitaras mis sueños.
No llegaste.
¡Te necesito!
No es lo mismo tu presencia onírica que el envío de recuerdos compartidos en alguna provincia de nuestro país.
No alcanza el clamor de mi voz.
Es necesario que todos comprendan, mi destino es tu alma.
Entre tantas remembranzas, siempre aparece una que produjo impacto en su momento.
Estábamos en un paisaje serrano.
Tanto en el norte o en el sur de nuestra patria, se distinguen por su belleza.
En la provincia meridional de Córdoba, los poblados salidos de un cuento por su hermosura están a la vera de ríos de agua cristalina.
Coreen por el cauce sin cansarse.
Las propiedades no están junto a la costa, sino a la altura que permiten los cerros.
De todas maneras, desde el ventanal de cualquier refugio se puede llegar a creer que las puertas del cielo se abrieron en determinado momento para agregar a la naturaleza vistas de ensueño.
Para cruzar de una orilla a otra, se utilizan puentes colgantes en todas sus variedades.
Los hay de acero, con los pisos de rejilla para que se pueda admirar el canto del río, con su protección en los laterales.
Los ríos de montaña son longilíneos.
En aluna partes estrechos, en otros saltando entre las rocas se ensanchan.
Caminábamos por allí.
Queríamos comprar artesanías para regalarles a nuestros amigos.
El puente colgante era bastante precario.
El piso de madera.
Sogas sosteniendo redes en los laterales.
Sufro vértigo.
No me llamó la atención dijeras con absoluta normalidad “Pasá má”.
Siempre dejabas me adelantara para que fuera yo quien descubriera las sorpresas de un paisaje pintado por el mejor artista.
Caminaba sobre las tablas de maderas y no me avergüenza decirlo con mucho miedo.
Al llegar a la mitad del puente colgante, detengo mi paso.
Tu voz se escuchaba lejana.
Llegaste a preocuparme y ello no permitió advirtiera tu travesura.
Te encontrabas en el ingreso al puente con una sonrisa envidiada por mil soles,
Cuando llegué a mitad del camino te pedí vinieras a m9i lado.
El cruce del puente me estaba dejando sin aliento.
No tuviste mejor idea que comenzar a balancearte.
El miedo se multiplicó por mil.
De haber tenido un espejo hubiera mostrado el rostro de una mujer demasiado pálida,
Prontamente viniste a mi encuentro.
Conocías de mis temores.
Eras un niño que tomó de la mano a su madre para terminar de llegar a destino.
Siempre sonriendo.
Pudo afirmar sin cometer errores que la expresión de tu sonrisa pacífica se mantuvo hasta el final prematuro de tu existencia.
¿Por qué no estás si todos saben que mi mayor anhelo es darte un beso?
¿Hasta cuando deberé esperar mi propia muerte?
En el sueño de anoche o esta madrugada, no puedo precisarlo, el puente colgante salía de mi memoria.
El paisaje estaba con exceso de brumas.
Así es esta existencia desde que no te tengo.
No podía divisar entre tanta umbría, los colores de la naturaleza.
Ignoro si estaba el verde de nuestros suelos.
Pude advertir que el puente no era llano.
En determinado momento ascendía.
¿Es posible que tuviera como destino tu alma?
Lloré como en todos mis despertares.
Añorándote.
¿Qué hago aquí si en ese momento del despertar podría darte el beso de cada mañana?
¿Es tan grande la equivocación, cometida que he recibido la peor de las condenas?
Una vez más los sueños demostraron ser muy locos.
Entre lágrimas sonrío, al evocar otros episodios relacionados con puentes colgantes.
Viajeros sin cansancio, en aquella oportunidad nos diríamos a una provincia del litoral argentino.
Habíamos recibido una invitación especial para un festejo igual.
¿Podés recordarlo?
Debíamos cruzar el puente de Zárate Brazo Largo.
Perfecta obra de ingeniería para quienes le gustan las alturas que atraviesa el río Paraná.
El más ancho del mundo.
Detalle para mi monstruoso que alimentaba mis temores.
El tráfico era fluido.
Cuando vi, el tren que corría por el carril especial para ello, quedé sin habla.
Se sabe que por allí circula una línea de trenes que lleva a los turistas al litoral argentino.
La sensación de verlo desplazarse a tu izquierda produce un miedo indescifrable para quienes tememos a las alturas.
El los medios habían comentado días antes que se habían cambiado los obenques que sostienen al puente.
Otra mala noticia para el pánico.
Por desperfectos del auto de u automovilista el tránsito se detuvo.
Quedamos por varios minutos a mitad del cruce del puente.
Los barcos sobre el río parecían de juguete.
Para completar el cuadro se me ocurrió preguntar a qué altura nos encontrábamos.
La respuesta muy sonriente, me dejó al borde de un ataque cardíaco.
De habernos caído, no hubiéramos llegado vivos al cauce del río.
Tu imaginación una vez más sorprendió a todos los que viajábamos en la camioneta.
Muy circunspecto dijiste haber escuchado por una emisora local que uno de los famosos obenques, sostenedores del puente, esta sin ajustar correctamente.
Siempre creí en tus palabras.
Un sabio para dar sorpresas.
Resultabas muy creíble.
Pese a las posteriores invitaciones nunca más viajé a esa provincia.
Hoy en mis sueños apareció otro puente suspendido en el aire.
Quizás quisiste protegerme para que no me diera cuenta de la altura del mismo.
Pude advertir que las maderas no eran llanas.
En un momento ascendían.
¿Hasta dónde?
No podría precisarlo.
La bruma había tomado dimensiones fantasmales
.
Quise pensar el destino final sería tu alma.
Hijo debo confesarte, estoy cansada de seguir esperando se concrete mi viaje.
Pocos entienden la necesidad básica de una madre de besar a su hijo.
Envolverlo con su abrazo.
Sumergirse en a ternura de su mirada.
Nuestro exclusivo lenguaje.
El hartazgo, el peso de la soledad llevan a los humanos a tomar decisiones equivocadas.
Sería incapaz de vulnerar tu memoria, más no tiene demasiado sentido permanecen en la tierra.
Necesito cruzar el puente colgante que me lleve a tu lado.
Cansa, contar años, meses, días, joras o minutos.
Puedo decirte que has sido sabio.
Antes de tu final, presentido y callado por ambos, pronunciaste tres o cuatro frases que son nuestras.
Cada una de tu premoniciones , se van cumpliendo.
Estoy cautiva en una cárcel sin rejas.
No poseo precintos en las manos.
Ello permite establecer estos enlaces.
¿Estás en alguna parte?
¿Por qué las creencias se caen ante la realidad maldita?
¿Olvidaste enseñarme a vivir son vos?
Seguramente no.
Es un imposible y los humanos luminosos como vos se constituyen en el pilar que nos sostienen sin saber muy bien para qué.
¿Has podido escuchar cuando te llamo?
¿Por qué no estás aquí para secar mis lágrimas?
¿Cómo decirte cuanto te quiero de manera novedosa?
Te pido me ayudes.
Cada minuto de esto que se parece a una vida es una tortura.
No saber donde estás produce desamparo.
¿Estás demasiado lejos de mi alcance?
¿Existen otros mundos como plantean
otras creencias?
¿Quién puede arrogarse ser el dueño de verdades absolutas?
No tardes.
Te espero siempre.
No tengo equipaje para llevar a la nada.
Quereme como antes.
Por favor nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=1laH8UVwklE

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