HIJAS DE ZEUS

Hola mi amoroso, siempre busco historias diferentes para que estos enlaces sean esperados por vos con el mismo amor intenso que te los dedico.
Para hoy esperamos una copiosa lluvia.
Demasiada temperatura cuando deberíamos atravesar la tibieza soportable de la primavera.
Estación en la que viniste a la vida para colmar de felicidad la mía.
Imposible no conectar la lluvia con las travesuras de un niño.
Tu pasión era escaparte de mi vista para mojarte.
¡Que ironía!
Un niño derrochando salud, murió de manera prematura.
De esa tristeza y agobio jamás se regresa.
Esperando la lluvia, tan necesaria, quise pensar que la de hoy tendrá gotas multicolores si hay refracción del sol como suele darse últimamente.
Zeus de Esmirna, fue uno de los dioses más importantes de la mitología griega, uno de los descendientes del tiempo, el inefable Cronos con el que a veces intercambiamos opiniones, por no acordar en detalles que hacen a la vida y la muerte.
Padre prolífico, con su hermana Hera, engendró a la bella Afrodita quien fuera la esposa del no muy agraciado Hefesto, el dios del fuego que te he mencionado en otras conexiones.
Se lo conocía por su poder y grandeza como el dios del firmamento.
Bajo su dominio estaban todos los fenómenos celestes como as estrellas, Astrea su bella hija pidió vivir en el cielo pues no quería desposarse con nadie y menos convertirse en madre.
Gea, la tierra fue otra de sus esposas.
No te asustes, no nombraré a sus aventuras y a quienes fueron sus amantes con las que también trajo vida a la vida,
Mantuvo desde siempre una disputa eterna con Thor, el dios germánico de los truenos.
Creo que la vanidad de las deidades les impidió llegar a acuerdos ya que Zeus era venerado en el Olimpo y Thor en lo que hoy sería Alemania.
También fue una divinidad de la guerra.
Esmirna era territorio de la actual Turquía, solo que en el momento del nacimiento de Zeus estaba bajo dominio heleno.
¿Habrá visto miles de años después en la guerra de los Balcanes, su lugar de nacimiento sería nuevamente devuelto a través de esos episodios bélicos manchados de sangre, territorio turco?
Hoy que es una mañana demasiado calurosa, quiero pedirle al gran dios del Olimpo que derrame en la tierra gotas multicolores.
Como reina en el universo celeste, deseo puedas observarlas desde el lugar donde se supone estás aún cuando tenga mis dilemas sin resolver.
Las hijas de Zeus son necesarias en todos los paisajes del planeta.
Les ruego a ellas no se excedan, de esa manera evitaremos inundaciones.
Deseo las gotas caigan formando pequeños charcos.
Imaginaré que he viajado en el tiempo y así ver como dirigís tu flota de barcos de papel.
Quiero que esas gotas al fundirse con las que seguirán cayendo, ofrezcan la imagen de estar elevándose hacia tu cielo.
Preciso que las lágrimas derramadas por tu ausencia no te entristezcan al rodar por mi rostro en forma de gotas de rocío.
Coloridas, las hijas de Zeus, lograrán cautivarte, acercándote algo mío para expresar cuanto te quiero.
¿Permancés con los ojos abiertos o cerrados?
Si es la primera opción, te ruego convoques a los recuerdos compartidos.
Como la primera vez nos asombraremos al mirar las montañas sureñas nevadas en sus cimas en pleno verano.
Si tenemos suerte y el agua del lago permanece quieta, la mole de piedra podrá mirar su hermosura, en el espejo líquido.
Las sorpresas no terminarán allí, a un costado veremos hielos de la altura de una mesa.
Son formaciones glaciares, se las conoce como Ventisqueros Negros, de ellos conocen, los turistas internacionales que quedan impactados por la belleza del hielo atravesando la longitud de las montañas.
Antes de llegar a una de las montañas más altas de la zona, nos detendremos en un espacio por donde el tiempo no ha pasado.
Las flores son perennes.
No se puede elegir solo una entre tanta belleza.
Ellas también necesitan las hijas de Zeus, pasen por allí, para embellecer sus pétalos con las propiedades de la pureza del agua y así seguir multiplicándose para agradar a los turistas, en el momento de balancear sus tallos como si estuvieran danzando.
¿Recordás la cabaña de la montaña?
¡Sí, esa!
Habitada por un hombre que había transformado, su angustia profunda en gruñidos,
Quizás desconocía que el destrato sin dolo inferido hacia otros terrenales, profundiza la adversidad de los estados de ánimo.
En cierto modo lo entiendo.
Cuando se pierde un ser amado con locura, no se desea compartir el dolor con quienes nos rodean.
A veces encontramos seres que para todo tienen recetas mágicas, incluso para sugerir el olvido sea convocado.
Los espectadores de las obras maestras del terror que nos hace protagonizar el destino, nada conocen de duelos.
Menos el que nos convierte en seres rotos por la muerte de un hijo.
No existe manera de unir los trozos que vaya a saber en qué lugar quedaron.
Las palabras que se dicen deben ser pensadas.
En lugar de confortar, hieren.
Daría aquello que no poseo con tal de recorrer todos los senderos que caminamos juntos.
Conociendo otros modos de vida tal cual lo hicimos.
¿Quiénes se convirtieron en dueños de los momentos más hermosos que vivimos?
¿Por qué no me permiten emprender el viaje que tanto deseo?
El suelo terreno es espacio prestado.
No lo quiero.
A esta altura de los acontecimientos todos saben cual es mi principal utopía.
Las palabras bonitas no me llegan.
Son un zumbido molesto.
Necesito en silencio estar a tu lado.
¿Podremos hablar como antes?
¿Tomarnos de la mano?
¿Conversar con la mirada?
¿Por qué nadie contesta cada una de mis vacilaciones?
¿No existen respuestas o se han derruido los mitos?
¿Imaginás el placer que sentiría si las hijas de Zeus con sus vestimentas multicolores llegaran a tu hábitat?
Es una mala costumbre negarme la posibilidad de verte pro un breve espacio de tiempo.
Comenzaría por darte un beso.
Uno de los tantos que guardaba antes en una mochila.
Ahora en otros sitios pues son demasiados.
Es una tortura inmerecida. Negarle a una mamá la posibilidad de cumplir con sus necesidades básicas.
Estos entes que te arrancaron de mi lado ¿Son parecidos a los terrenales?
Es tan grande el rechazo que producen, que no puedo imaginarlos.
¿Cuándo seré liberada de este cautiverio sin sustento?
¿No han comprendido que mi lugar no es la tierra?
Hijito, ayudame allegar a vos.
No tardes.
Mientras tanto te pido, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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