LUCES DE NEÓN

Hola vida de mi existencia,
Desde tu ausencia cambié demasiado mis hábitos.
Evito salir de noche.
La oscuridad del firmamento donde se cuelgan las estrellas, como pequeños brillantes me produce angustia.
Como antes no busco las fugaces, donde la tradición cuenta se pueden pedir deseos, asegurando se cumplen.
Otro mito que la realidad ha derribado con solo mostrarse.
Suelo ver lluvias de estrellas fugaces.
No pido nada.
La prueba de la mentira está a la vista desde hace mil quinientos treinta y un días no puedo darte un beso.
No necesito más razonamientos que a nada conducen.
Hace un par de días asistí a una velada en el palacio municipal del distrito.
Un edificio que conserva su bella arquitectura renacentista adaptada a los tiempos que corren.
El interior no puede ser más hermoso.
Nada puede criticarse.
Está en las puertas de la perfección.
El frente estaba iluminado como si fuera de día.
Acompañaban el evento los comercios de la zona que no dudaron en encender la cartelería, compuesta por luces de neín para recibir a los invitados.
Concurrí por la esencia del evento, una muestra de pintura muy especial.
Los artistas corresponden al gripo de pintores sin manos.
Seres a los que admiro profundamente.
Nunca dejaron caer el espíritu.
Cumplieron sus sueños artísticos de acercarse a paletas y pinceles.
Dibujan sobre la tela de la manera que todos conocemos.
Solo se necesita tener el alma dispuesta para convertirse en alguien más allá de cualquier dificultad física.
A dos cuadras del municipio está el Instituto donde se atienden, estudian, aprendiendo técnicas adaptadas para ser útiles a la sociedad.
Se consagran como personas, trascendiendo por sus obras, nada los detiene.
Ejemplo y espejo en el que muchos terrenales deberían mirarse.
Al entrar nos entregaron un catálogo con el detalle de los cuadros que en minutos podríamos admirar.
Los ascensores de vidrio que llevan al segundo piso parecían carecer de ellos.
Solo se notaban las barandas de bronce y el cartel que contiene los botones que llevan a los pisos superiores.
¿Qué decirte del salón?
Impecable.
Moderno y a la vez clásico respetando el estilo arquitectónico.
Recuerdo haber estado allí hace unos años.
No quedan vestigios de ese espacio lóbrego que las autoridades no se ocuparon de conservar para sus verdaderos dueños.
Cada uno de los habitantes del partido.
Las autoridades actuales como debe ser, solo hablan a través de sus actos sin entrar al delirio.
Las telas estaban apoyadas en atriles de madera color crudo.
Contrastaban con las paredes de listones de roble.
La maestra de ceremonias, una de las artistas.
Un ser que conocimos juntos hace tiempo.
Al verme me regaló una bellísima sonrisa y una mirada cargada de ternura.
Luego de un breve discurso, con una oratoria y dominio de la palabra, en medio de aplausos se retiró del salón.
Tres famosos pintores argentinos, dos de ellos residentes en el exterior fueron convocados como jurados de la muestra.
Ellos las habían evaluado antes.
Imagino debe haber sido dificultoso elegir la mejor ante tanta demostración de arte.
Brevemente el presidente del jurado explicó a los asistentes que había resultado muy trabajoso, elegir las tres mejores.
Las mismas participarían de una exhibición internacional que tendría lugar en la ciudad de Hamburgo en Alemania,
Agregaron que a esas tres sumarían una mención especial.
Los autores de las seis obras restantes, de las diez mejores expuestas, serían premiados, llevándolos a otra exposición en la ciudad de Lyon, en Francia,
Los aplausos de los asistentes, tenían una sonoridad especial por la altura de los techos.
Nadie quedaría sin premio.
Los mercados internacionales, aprecian este tipo de arte diferente en su técnica pero igual en su contenido.
Muchos marchand los esperan en los aeropuertos para representarlos en las galerías de arte en las que ellos trabajan.
El primero en desarrollar ese trabajo fue Theo Van Gogh.
Cuando su hermano pasó una larga temporada en Inglaterra Theo, visitaba los puertos del mundo, llevando el arte de Vincent.
Vuelvo a este acto majestuoso, donde solo tenía cabidaza belleza generada en el alma de cada artista.
Nunca hubiera sabido cual elegir.
Cada una con su propia impronta mostraba, frescura, sentimientos imposibles de adjetivar.
Llegó el momento de la premiación.
A los tres pintores que viajarían a Hamburgo les colocaron en sus cuellos medallas recordativas.
En este caso con la imagen de la ciudad que visitarían.
Los seis que partirían a Lyon, recibieron las suyas.
Todas estaban confeccionadas en oro.
No hicieron diferencias con ninguno.
Es necesario en estos tiempos donde algunos tienen la maldita costumbre de señalar al otro, aquí somos todos idénticos.
Faltaba en el escenario Laila.
No advertí que estaba a mi lado sonriendo como siempre, dulcemente.
Al escenario llegó una pintura oculta.
Un joven de traje oscuro me alcanzó un estuche con una medalla de oro y su correspondiente cinta.
No entendía nada.
Solo emoción indescriptible.
El mismo muchacho que me había entregado el envoltorio ahora estaba en escena.
Junto a él, un atril con la pintura oculta por una tela blanca.
Laila con voz sin temor. Tan cerca de mí que la abracé se dirigió al público sin moverse de mi lado.
Contó detalles de su obra.
Se había enterado de tu partida.
Ustedes se tenían un afecto especial.
Laila quiso perpetuarlo en el óleo.
El mismo mostraba tu imagen.
Tenía que colgar en el cuello de la joven la medalla.
Era una vista de rayos de luz, iluminado una escalera.
La inscripción decía “Elige tu destino” más las siete letras de tu nombre.
¿Cómo se hace para agradecer semejante gesto de amistad de una joven que hace mucho tiempo no te veía.
Ofrecieron regalarme el cuadro.
Realicé un pedido, el mismo que hubieras formulado vos.
Solicité esa tela fuera vendida, el producido de la misma debía ser donado al Instituto donde concurren estos artistas.
Laura mi amiga del alma, extendió un cheque por una suma abultada.
La ceremonia terminó con un cóctel.
Con las disculpas correspondientes me retiré a casa.
Las luces de neón parecían hacerme un guiño.
Prometí a Laila vernos con frecuencia.
Me agradan las personas poseedoras de almas transparentes.
Pasados unos días Laura vino a visitarme con Indra.
Está enorme.
Pidió lo sostuviera en mis brazos mientras ella buscaba algo que había olvidado en la camioneta.
Desde entonces la pintura de Laila está en el comedor de mi refugio.
Quiero agradecerte con el corazón todo lo que hacés por mí.
Nada es casual en la vida terrenal.
Gracias por haberme inyectado energía para que asistiera al palacio municipal.
Mientras viva, no olvidaré los gestos de amor recibidos.
Gracias hermana del alma por hacer uno de mis sueños realidad tangible.
Gracias mi vida por ser mi hijo.
Como siempre te pido nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=G9TWODCxqYc