EL ALMA DEL VIENTO

Buenos días mi alma, nunca dejo de preguntarme cuan lejos estás pese a que te lleve en cada célula de mi ser.
En la búsqueda de llegar rápidamente a tu lado, pensé que el alma del viento podría transportar la mía para que pueda estar junto a la tuya.
No creo que en la tierra la necesite.
Seguramente los avances de la ciencia, podrán reemplazarla.
Es prioridad estar unidos como antes del trágico final.
La muerte no pidió ningún permiso para arrancarte de mi lado.
Avasallante, en silencio y escondiéndose te tomó como presa favorita para que nunca más pudiera darte un beso.
Horroriza pensar que ni siquiera pudiste sentir los de la despedida.
Los huno hasta que fui invitada a salir de la habitación.
A partir de ese instante tenebroso aparecieron las lágrimas contenidas, durante nuestra internación.
Cumplí con la promesa de no derramarla para que el inicio de tus pasos en el sendero que lleva al fin, no fuera traumático.
Hoy, transitando esta soledad que duele más que el dolor, se me ocurrió podría pedirle prestada al viento su alma, para que te acerque la mía.
¿Cómo convocar a Eolo cuando aquí no se mueve una sola hoja?
Es facil cuando algo se desea con intenso amor.
Llamar primero a la imaginación.
Ella todo puede concretarlo.
Las utopías también.
Preguntó hacia donde quería viajar.
Elegí la tierra que vio nacer a mi pintor favorito, no para encontrarlo a él.
Quería recorrer los campos donde están instalados los típicos molinos de vientos.
A sus aspas le entregaría conmovida mi alma para que te la lleven a vos.
Esos molinos que se han convertido en parte del paisaje neerlandés, fueron imaginados en el siglo XVI por un ingeniero nativo, con el propósito de aprovechar el agua, utilizada para el riego y la agricultura.
Esa tarde el viento estaba generoso, por lo tanto podía elegir un lugar tan apacible como hermoso.
Debía estar alejado de la ciudad.
Impaciente, mirándome interrogó: ¿Cuál es el sitio que has elegido?
Sin temor, respondí que tenía que ser una casa de campo.
De ser posible con muchas flores.
Moviendo la cabeza hacia ambos lados respondió: Concedido.
Mientras me llevaba al lugar elegido mostró su paciencia infinita.
Sabe que conozco a su familia, también a su hermano fallecido.
¿De quién es hijo el viento que ofreció prestarme su alma?
De la diosa griega Eos.
Ha visto en muchas ocasiones llorar, a su madre, la ausencia de su hermano muerto.
Debe ser por esa situación horrenda que tiene paciencia con las madres que hemos perdido nuestros tesoros.
Velozmente llegamos al lugar elegido.
Propuso dejarme allí para luego pasar por mí.
La idea era no invadir mis pensamientos mientras entregaba mi alma a la suya.
Las aspas del molino de viento comenzaron a girar lentamente.
Estaba emplazado en una vivienda campestre.
Delante de su estructura aparecía un campo de tulipanes, la flor nacional de ese país de los colores más hermosos que se puedan imaginar.
Mis musas aletargadas por el viaje comenzaron un aplauso.
Suelen reaccionar de esa forma cuando algo las sorprende.
Ellas como yo, saben que el encanto no se puede adjetivar.
En uno de los costados del sitio se erigía una vivienda.
Sencilla y encantadora.
Al notar mi presencia su moradora salió del interior de aquella.
Una mujer simpática con la que pudimos conversar en nuestro idioma.
Le pregunte ¿Dónde lo había aprendido? Contestó cuando comenzó el romance del ahora Rey de Holanda con la princesa Máxima.
Me sorprendió la siguiente pregunta: ¿Vienes a entregar tu alma al viento para que la lleve a un ser querido que no está?
La respuesta fue un casi inaudible, sí.
Contó no le sorprendía, ya que el molino del campo de los tulipanes no es como los otros.
Adivinó mi pensamiento al decir: Sé te asombra el comentario.
La estructura es como la de cualquier otro molino de la zona.
Solo que el viento lo eligió sin darnos ninguna explicación para que desde sus aspas e movimiento se eleve su alma, junto a la de terrenales que deseen enviar la suya, así permanecer unidos en tiempos eternos donde no existen los aparatos de medición de aquel. Ella tiene a toda su familia.
Desde que recuerda siempre cultivaron tulipanes que luego comercializan.
A la hora que llegué todos estaban trabajando en otros campos de su propiedad.
Agregó había llegado en un excelente horario.
El alma del viento aparece en el molino al atardecer.
Debe ser cierto.
El cielo estaba con los colores que tiene el atardecer.
Alguna nube blanca pasaba a saludar.
Minutos después el color anaranjado mutaría a los del crepúsculo.
Con toda amabilidad me ofreció su casa para que me quedara el tiempo que necesitara.
Le dije que no.
Cuando comenzaran a girar las aspas del molino, Eolo vendría por mí para llevarme al refugio, en el que vivo desde que no estás.
La brisa se transformo en viento un poco más rápido.
La dueña de casa, que había presenciado ese tipo de ceremonias, comento que el alma del viento y la mía se habían encontrado.
Pronto estaría donde mis anhelos ansiaban.
Agradecí.
En el regreso deseaba preguntarle a Eolo si insumiría demasiado tiempo en llegar mi alma a vos.
No me pareció correcto transmitirle mi ansiedad.
Como no era la primera vez que permitía su alma se uniera a otra para llevarla a otro espacio desconocido, me hizo saber que llegaría a tu lado más pronto que la imaginación.
¿Ha llegado el alma del viento, transportando la mía a ese espacio que ahora es tu hábitat?
¿Has notado está impregnada de amor?
Instalada en mi refugio no puedo eludir pensarte en circunstancias que alegraron nuestras existencia.
Quisiera pedirle a esa energía superior que domina el mundo, más allá de las creencias, nos permita recrear cada paisaje conocido.
La mayoría de los mortales lo reconoce como un ser misericordioso, si es así, podré pedirle me deje partir.
No deseo estar más en suelo terrenal.
Nada debo hacer aquí.
Muchas veces pienso en la probabilidad de nuestro reencuentro.
Cuando estoy abatida por el dolor presumo se trata de un mito y nunca más volveré a verte para abrazarte.
Utilizando el razonamiento arribo a esa conclusión.
Se supone que el cielo es parte del universo.
Alberga a todos los seres, yacientes ergo, resulta imposible encontrar al que más se ama.
No puedo pensar con ilusiones, menos con esperanza.
Nadie, es responde cuando pregunto ¿Cuál es la distancia que nos separa?
Se equivocaron.
Era yo quien debía partir.
Nos es justo tus proyectos hayan quedado truncos por caprichos del destino.
Te amo como a nadie.
Te extraño.
Por favor no olvides cuanto te quiere tu mamá.

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