¿Por qué la tragedia enmudece las palabras y sentidos:
¿Por qué ante los momentos ingratos,
sentiimos que estamos bajo los efectos de la anestesia?
¿Comprendés que quiero poseer la mayor claridad para expresarme y llegar a vos con el amor que estruja las entrañas hasta el punto de no reconocer la miserable realidad en que me colocó el destino?
‘Sabe éste que te traje a la vida para que vivieras?
¿Con qué autoridad nos separó temporalmente?
¿No tiene sentimientos.
Él no.
Los míos están arraigados para siempre.
¿Qué sabe un ente al que todos respetan por temor a sus reacciones del amor que una mamá dispensa a su hijo?
Actitudes cobardes encontramos a lo largo de nuestras vidas.
¿No podemos luchar ante ellas o nos entregamos fácilmente?
Daré pelea hasta mi último suspiro.
Tarea titánica que solo puedo enfrentar gracias a tu luminosidad la energía que a diario recibo de tu parte.
Energía que me permite sin ganas seguir transitando el mundo de los terrenales.
Tu amor protector aparece en los peores instantes de esta realidad no deseada.
He caminado por senderos desconocidos durante estos casi treinta t ochos meses de ausencia.
Tiempo en el que me fue negada la necesidad de depositar un beso en tus mejoras.
Una caricia en tu cabeza pensativa.
¿Conocías el final que me dejó en absoluto desamparo?
Sí.
Una mente privilegiada ve más allá del letargo.
Suelo caminar para calmar mis ansias.
No sé rezar ni creo que lo aprenda en lo inmediato.
Imagino que el ser superior en el que todos creen entiende, mi postura.
Estoy en un espacio luminoso.
Cruzando un lago de aguas azules como el cielo, se levanta una construcción rodeada de jardines.
La cúpula indica que estoy delante de una iglesia.
No ingresaré a ella.
Si Dios es capaz de escuchar a todos los terrenales, no preciso de ámbitos pre establecidos.
Sobre as flores que no sin pocas, aletean los pájaros de bello plumaje carentes de rumbo.
Cual diáspora puedo amalgamarme con ellos.
Acompañada de sus trinos melodios, ingresar a tu mundo.
¿Por qué no puedo verte como quisiera?
¿A esta altura de los acontecimientos quienes tejen las redes del destino saben que nada alcanza para paliar el dolor que duele?
Tal vez sí o no.
Es un enigma que he tratado de descifrar con amor del bueno.
¿Nadie sabe el horror de vivir sin la presencia del hijo amado?
No lo sé.
Detesto esperar sin saber el tiempo que insumirá, eso que considero la nada misma.
No tengo escapatoria.
Mi mundo no tiene nada que ver con esta realidad manifiesta.
Te quiero como nunca antes.
Temo que no recuerdes a esta madre desesperada.
Quero creer que nos reencontraremos.
Lo necesito como el sediento que busca agua en una vertiente de agua para saciar su sed.
Tengo sed de mi hijo.
¿No lo entienden?
Tesoro te amo por ello te pido que nunca olvides cuanto te quiete tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=23Bvu82SQ64
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