Wednesday, October 24, 2018

TU LUZ, SIEMPRE





Pareciera que el calendario se ha equivocado.
En lugar de una noche primaveral, se siente el frío del invierno.
¿Sabés que sos mi único pensamiento?
Evocando tiempos no tan lejanos, inevitablemente una lágrima traviesa comienza a surcar mi rostro.
El ayer es más doloroso cuando no se puede compartir con el ser luminoso que más se amó en la vida.
¿Podrás comprender que los recuerdos no son suficientes?
Daría aquello que no poseo por tenerte un momento a mi lado.
Cual su fueras una estrella fugaz. Brillando en el azul profundo del firmamento para luego desaparecer.
¿En tu cielo sentís sensación de desamparo?
¿Por qué quienes no han pasado por circunstancias tan trágicas no se cansan de repetir que es hora que te deje partir?
¿Ignoran que habitás otra dimensión?
¿Es tan difícil de comprender el dolor de una madre que perdió su mejor obra?
¿Por qué hablan cuando se necesita silencio?
Me sobran los dedos de una mano para contarte quienes son las personas respetuosas de esta tortura que el destino eligió para mí.
¿Sabe aquel que te extraño de una manera difícil de adjetivar?
Anoche mientras observaba por el ventanal de mi refugio las finas gotas de una llovizna pertinaz, deslizándose sobre los cristales sin haber pedido permiso, se produjo un corte de energía.
Detesto la oscuridad.
Muchas veces sin querer, asocio aquella con el sitio en que yacen las personas sin vida.
¿Estás en un lugar así?
Quiero para vos la claridad del Paraíso Celestial.
El silencio a veces es tan agresivo como la soledad.
Es por ello que en medio de la oscuridad, busqué un porta velas para alejar las tinieblas.
Encendí la radio portátil.
Sintonicé una emisora que pasara música.
Necesitaba acercarme un poco más a vos.
No, no era música de iglesia como la denominás.
Opté por melodías que evocaran vivencias transcurridas a tu lado.
¿Sabés que cada día te necesito más?
¿Cómo se hace para no extrañar la dulzura de tu bella mirada?
No es posible.
Ignoro en que momento el sueño se apoderó de mi ser.
Lejos de ser tranquilo estuvo plagado de distorsiones.
Caminaba por un sendero desconocido carente de pavimento.
A la vera del camino solo había malezas.
Las mismas superaban mi altura.
A medida que avanzaba el camino comenzaba a tener escollos que intentaba sortear.
Varias veces por la superficie que transitaba de manera accidental, estuve a punto de caer.
Por suerte sentí tu presencia amada que impidió sufriera lastimaditas.
El silencio aterrador decidió convertirse en mi compañía.
Esta situación permitió que escuchara lamentos lacerando mi alma.
¿Puedo confesarte que tuve miedo?
Para continuar y llegar a mi refugio debía atravesar un túnel.
Mi corazón parecía un caballo desbocado.
La opresión en el pecho dificultaba la respiración.
Para no caer, comencé a tantear una de las paredes laterales de ese espacio que parecía no tener fin.
Al principio aquellas eran lisas.
Ello me trajo un atisbo de paz.
Nunca imaginé que más adelante mis manos desnudas chocarían con una telaraña.
Quien la tejió, no dudó en caminar entre mis dedos.
El alarido de terror murió en mi garganta,
Pensé que un grito desesperado hubiera propiciado un ataque de esa alimaña.
¿Sería portadora de veneno?
Trataba de calmar la ansiedad.
Mantuve las manos quietas.
En algún momento dejaría de recorrerlas.
Rogaba me asistieras.
Pocas veces sufrí tanto miedo.
Aún me faltaban unos metros para finalizar con ese camino tan oscuro como la realidad de quienes sufre.
Como pensaba, la araña regresó a su red.
Con pasos inseguros buscaba el final.
No todo finalizaría allí.
Metros más adelante sentí un aleteo extraño.
Imposible se tratara de un pájaro.
De noche duermen con placidez.
La visión en algún instante se acostumbra a la falta de luz.
La silueta de un murciélago no solo me produjo terror sino una sensación inexplicable.
En los sueños todo parece real y puede ocurrir.
Antes de encontrar la salida el porta velas que estaba en la mesa del comedor iluminaba la salida.
Sin dudas era tu luz.
Del bolsillo de mi saco, extraje un pañuelo.
Las lágrimas se mezclaban
con la transpiración que produce el pánico.
Comprendí que tu luz siempre está conmigo.
En los peores momentos te siento en cada célula de mi ser.
El rugido de un trueno produjo mi despertar.
La luz de la vela se estaba extinguiendo.
¿Esa rosa que encontré la dejaste vos?
Una flor de pétalos rojos como el icor de los dioses.
Siempre me gusta soñarte.
En esta ocasión no se dio.
¿Cuándo tendré un sueño en el que pueda abrazarte como antes?
¿Cuándo podré cristalizar la utopía de darte un beso en tus rosadas mejillas?
¿Falta mucho para que nos volvamos a ver?
La espera es tan extensa como exasperante.
¿Nadie es capaz de comprender mi necesidad de estar con vos?
Mi tesoro, te extraño,
Ambos sabemos que no poseo demasiadas,
alternativas.
Mientras espero reitero mi pedido diario, nunca olvides cuanto te quiere tu mam-a.


https://www.youtube.com/watch?v=t5HT1WCa8FU

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