OCTUBRE EN EL TIEMPO

Es imposible retroceder en el tiempo.
Pese a saberlo quisiera detenerme para siempre en un día como hoy de hace un par de años.
La diferencia es notable.
Hoy las nubes grises cubren el cielo.
La temperatura es más baja de la normal para esta época del año.
Los recuerdos me trasladan a un ayer venturoso.
Destellos de sol entraban por las ventanas del que sería tu primer refugio.
Diáfano el cielo se mostraba espléndido.
La brisa suave intensificaba la fragancia de las flores de primavera.
Un día perfecto para traerte a este mundo.
Por primera vez nos conoceríamos.
Curioso y bello bebé.
Tu mirada observaba los espacios de un nuevo universo.
La magia se produjo cuando se posaron en los míos.
En ese instante sentí que serías el ser que más amaría en el mundo.
Nosotros dos compartiendo el momento de mayor felicidad.
¿Recordás que siempre te acompañé en cada travesura?
Debía señalarte aquello que no estaba del todo bien.
Nunca pude.
Tus ocurrencias generaban risas compartidas.
Inquieto como pocos, lograste que la maestra de jardín te nombrara como su secretario.
Era la única forma de mantenerte ocupado, así tus compañeros terminarían los trabajos que a vos no te insumían demasiado tiempo.
¿Podés evocar aquellos momentos dichosos?
¿Qué decir de tu paso por la escuela?
Un estudiante que desde el principio mostró una inteligencia fuera de lo común.
Notas excelentes.
Siempre destacado en cualquier actividad.
Cuando la vida nos premia con un hijo así, ni remotamente se piensa que esa historia de amor compartido puede finalizar de manera abrupta.
Un humano sano.
Imposible predecir el injusto final.
El pensamiento encuentra pequeñas pinceladas de paz cuando puede rememorar que tu vuelo propio hizo que lograras casi sin esfuerzo las metas propuestas.
¿Por qué el destino truncó tus ilusiones?
¿Por qué impidió se cristalizaran cada uno de tus sueños?
Un ser humano, solidario como pocos.
Se nos negó la probabilidad de seguir juntos.
¿A quién debería preguntarle la razón?
Muchos interrogantes, escasas respuestas para esta mamá que te extraña de manera visceral.
Posterior a tu partida hacia otras dimensiones, los días comenzaron a transcurrir de forma agobiante.
Puedo seguir pues sos quien cada mañana posibilita mi despertar.
El puntal en que puedo apoyarme antes de caer.
¿Para qué seguir, cuando te falta lo más amado?
¿Nadie sabe que no deseo ser una mujer rota?
¿No comprenden el dolor?
No deseo piedad, solo dosis de raciocinio que no encuentro en ningún lugar.
¿Por qué?
¿Qué hice mal?
¿Qué me faltó realizar para que siguiéramos juntos?
Por incidencia de la crueldad del destino, los meses de octubre pasado nunca más se repetirán.
¿Será ese el motivo por el cual no te agradaban los saludos de cumpleaños?
¿Acaso siempre supiste que tu paso por el sendero de los terrenales sería demasiado fugar?
Jamás aceptaré ti partida.
Comprendo que no estás físicamente.
Pocos saben que te llevo tatuado en mi alma.
El tiempo no vuelve hacia atrás.
Pese a reconocerlo, nunca voy a dejar de recordar las vivencias compartidas.
¿Por qué te arrebataron de mi lado?
Ningún octubre se parecerá a los del ayer no lejano.
Mi utopía es poder reencontrarnos sin mayores dilaciones.
¿Podrás reconocerme?
Situación que no deja de perturbarme.
Los lazos de amor trascienden la eternidad.
Por ahora no poseo demasiadas alternativas.
Entiendo que en contra de mi voluntad debo atenerme a la sordidez de la espera.
¿Llegará el tiempo que sueño?
Más allá del profundo dolor, tengo cuotas de esperanza, depositadas en ese volver a vernos.
Tesoro, sabes que te amo de manera incondicional, como siempre renuevo mi petición.
Nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.


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