Monday, May 08, 2006

EL ASCENSOR

Carolina se reintegraba a su trabajo luego de unas largas y merecidas vacaciones, con esfuerzo había ahorrado el dinero suficiente para abordar el crucero. Los días en la playa habían sido intensos, el sol doraba su estilizado cuerpo, las olas del mar cálido la salpicaban con suavidad y dejaban en sus piernas gotitas de agua y sal.
En ese paisaje rodeado de diferentes verdes y flores multicolores, allí donde los pájaros le regalaban sus trinos melodiosos, olvidó el trauma que la perseguía desde niña, su miedo a los ascensores.
El hotel donde se alojaba organizó la fiesta de despedida de ese contingente.
Esa noche conoció al hombre de sus sueños, bailaron, conversaron como si se conocieran desde siempre.
En el salón iluminado languidamente con velas hacía calor, decidieron salir al jardín.
Del cielo irradiaba su luz plateada una luna enorme que los miraba, lentamente sus cuerpos con el guiño de brillantes estrellas se fundieron en un mar de abrazos, caricias y besos hasta convertirse en uno solo.
Era hora de emprender el viaje de regreso, en pocos días Carolina debía retomar su trabajo.
Se levantó temprano, eligió un vestido que realzara su bronceado, en la nuca recogió su rizada cabellera, unas gotas de su perfume favorito y salió a la vida.
Pocas cuadras la separaban del edificio gris donde trabajaba en un séptimo piso, al llegar a la puerta su corazón cabalgaba dentro de su pecho, pequeñas gotitas de transpiración aparecían en su rostro, nuevamente el pánico se apoderaba de ella,odiaba esa caja de acero que la esperaba a pocos metros para llevarla a su oficina.
Para relajarse optó por la escalera después de subir unos escalones volvió sobre sus pasos y decidió enfrentar al dueño de sus temores, pulsó el timbre se abrieron las puertas, no estaba el ascensorista si, el hombre de la playa que con un apasionado beso diluyó su miedo._________________

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