Hola hijo
querido, desde el inicio quiero contarte cuanto te extraño.
Es muy
difícil aceptar la ausencia eterna.
Tengo la
certeza que nunca admitiré no tenerte.
Demasiado
joven para partir y no regresar nunca más.
Estigma que
me acompañará mientras dure mi realidad.
Por ello
siempre te pido me ayudes a llegar a vos sin tantas dilaciones impuestas vaya a
saber por quién.
El fin
llegará para todos
¿Para
qué estirar esta agonía?
Insoportable
porque estoy consciente. Estadío aumentando exageradamente el dolor.
He dado
cumplimiento a rodo aquello solicitado.
¿Para qué
seguir?
En la tarde
de ayer quitaba las malezas del jardín. Sorpresivamente, en un costado lejos de
otras especies, aún conservando sus
flores, hallé una pequeña planta con hojas de colores.
No era como
las otras que adornan los canteros.
Al tacto
noté la rigidez de sus hojas, apenas naciendo.
Debería
esperar unos días más para permitir se desarrollaran.
Los días
pasaron sin grandes novedades.
Esa mañana
esperaba al jardinero para que se ocupara de colocar pantas de estación
Guardando
los bulbos de las violetas andinas en un cajón
acondicionado a tal fin.
Lo vi
corriendo hacia donde estaba yo.
Agitado,
relató haber encontrado una planta de hojas de cristal.
No quise
cortarle la ilusión por el hallazgo, solicitando me mostrara dónde estaban.
Con su mano
señaló el lugar.
Estaban
hermosas.
Pidió nos
sentáramos unos minutos, para relatar la
historia.
“Señora esas
plantas duce la leyenda m nacen en el cielo.
Son muy
pocas las personas que son bendecidas con un ejemplar en sus jardines.
Provienen
del cielo.
Son
transportadas a la tierra por los ángeles.
No a todos
los jardines sino a los elegidos para cumplir sus deseos.
Señora pida
uno para comprobar la verdad.”
Le
traje, una botella de agua fresca para
calmar su ansiedad ante un hallazgo tan bello.
Cuando
terminó el trabajo se retiró.
En absoluta
soledad, con el crepúsculo vistiendo de gala el cielo con sus colores
purpuras y magenta, decidí pedir, en el
lugar que estuvieras te sintieras bien.
Tal vez acompañado por quienes te antecedieron y
precedió en el camino.
Con ansias
reiteré la necesidad de darte un beso.
Del universo
comenzaron a colgarse, fulgurantes estrellas.
¿En cuál
estarías vos?
Creí
observar un guiño de una de ellas cuando sentí en mi mejilla la sensación de
un beso.
No estaba
soñando sino sentada en el jardín de mi refugio.
Pedí todas
las madres hermanadas por el peor dolor, tuvieran la misma oportunidad que yo,
al sentir sus hijos amados desde una estrella, enviaran besos a sus mamás.
La planta de
hojas de cristal crece lozana.
Los colores
si bien son suaves nunca se podrán olvidar.
Encontré un
poema, escrito por un famoso autor, haciendo referencia a otras hojas y necesité compartirlo con vos:
“Hojas al
viento
de Carlos
Guido y Spano
¡Allá van!
son hojas sueltas
De un árbol
escaso en fruto;
Humildísimo
tributo
Que da al
mundo un corazón.
Allá van,
secas, revueltas
En confuso
torbellino,
Sin aroma,
sin destino,
A merced del
aquilón.
Esas hojas
los ensueños
De la vida
simbolizan,
Cuando puros
divinizan,
La ventura o
el afán;
Son emblemas
de risueños
Devaneos que
en su aurora
La ilusión
virgen colora,
¡Y que nunca
¡ay! volverán!
¡Hojas
mustias y sombrías!
ya las ramas
que adornaron,
Tristemente
se doblaron;
El pampero
sopló allí.
Las agrestes
armonías
Que otro
tiempo al aire dieron,
De la tarde
se perdieron
En la bruma
carmesí.
Allá van,
sí, desprendidas
Por las
ráfagas de otoño.
Sin que
dejen ni un retoño
En su
tránsito fugaz;
¡Pobres hojas
esparcidas,
Por el
viento arrebatadas,
de las vegas
encantadas
A que dieron
sombra y paz!”
Querido la
planta de hojas de cristal está luciendo su belleza en el jardín.
Las hojas
han crecido.
Suelo
limpiarlas con un paño, para quitar la tierra que trae la brisa.
Siempre
serán las más bellas, capaces de despertar ilusiones dormidas.
Siempre
cuidaré la fragilidad de sus hojas.
Optamos
junto a quien mantiene el parque, dejarlas en el lugar que aparecieron rodeadas
de lejos por otras especies.
No sabemos
cuánto más van a crecer. Por ello deben estar luminosas en la alborada o en el
atardecer.
Quisiera
creer son portadoras de tus besos u te llevan los de esta mamá,
esperanzada, en volverte a ver.
Si pudiera a ese encuentro llevaría la planta
con tan bellas hojas de cristal.
Desearía encontrar una forma novedosa para expresarte
mi amor.
Decirte
cuanto te extraño.
Enseñarte la
vehemencia de mis sentimientos.
No me dejan,
siempre la distancia está entre los dos.
De los
golpes se aprende dice un refrán, debería aclarar, nunca han sido capaces de
enseñarnos a vivir sin un hijo.
Seguramente
nadie podría dictar una materia que
sería rechazada antes de iniciarla.
Te amo hijo
querido.
Estoy en la
búsqueda de nuevos vocablos para expresarte este amor que nunca morirá.
Hijo
querido, como a diario he de reiterar mi pedido, por favor no olvides cuanto te
quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=JceUO2V6DYo