Buenos días hijo querido.
Te saludo, en una mañana fresca y soleada, apenas salieron
débiles los destellos dorados del sol, salí a caminar por La Lucila.
En ese lugar se encuentran mansiones bellísimas.
Recordaba una propiedad con ventanas en forma de arco, que
había descubierto, en un atardecer, dirigiéndome a un consultorio médico,
quería admirarla de mañana.
En aquella ocasión, el auto que me transportaba, se detuvo
por un semáforo con luz roja.
Aboné el viaje y descendí del vehículo.
Constaté la dirección y se trata del sitio donde debía atenderme.
Entregué las órdenes prescriptas por mi médica de cabecera y la secretaria se
dirigió al consultorio del profesional, para que procediera a llamarme.
En ese instante timé una foto de la ventana.
La sorpresa la recibí al descargarla, para colocar la imagen
en este contacto.
Podrás apreciar la belleza del mismo.
En el dintel de la ventana, un farol con una vela encendida
ilumina el interior y exterior de la abertura,
nubes bajas se dejaban ver detrás de los cristales.
El farol estaba colocado en una esquina de aquella.
En su interior la vela encendida era un difusor
aromatizante, rodeado de corazones de color rojo.
Doble cortinado, el primero de fino voile y el segundo de
una tela pesada, de tono añil.
Fascinante para la vista de quienes pasan por la vereda y de aquellos, que
ingresan a la propiedad.
Todo arreglado y decorado, de acuerdo al gusto de sus dueños.
En la sencillez, puede encontrarse la hermosura de la
decoración.
Si viviera allí, elegiría ese rincón para leer o
reflexionar.
Las calles de esa localidad están impecables.
Silenciosas pues hay poco tráfico.
¡Cuántas historias tendrá
la ventana para relatar!
En este caso cuento mi experiencia impensada.
Produce confort ver lugares maravillosos, por su estilo
especial, sobre todo porque se trata de una propiedad antigua, en perfecto
estado de conservación.
Para hoy seleccioné grafemas de autor, quienes refieren a
las ventanas en general.
Como siempre las dejo en nuestro lugar de encuentro,
pensando puedas leerlas.
““Abre la ventana de tu mente. Permite que entre aire
fresco, nuevas luces y nuevas verdades”. Amit Ray.
“¿Qué luz se rompe a
través de esa ventana?” William Shakespeare.
“Deja de mirar las
paredes, mira por la ventana”.
Karl Pilkington.
“Vivo en una casa muy pequeña, pero mis ventanas dan a un
mundo muy grande”.
Confucio.
“Si aparece una ventana de oportunidad, no baje la sombra”.
Tom Peters.
“Dame una ventana y la miraré”.
Alan Rickman.
“Establecer amplia la
ventana. Déjame beber el día”.
Edith Wharton
“Abre la ventana de
tu corazón y deja que el espíritu hable”.
Rumi.
“Donde quiera que esté, siempre me encuentro mirando por la
ventana deseando estar en otro lugar”. Angelina Jolie.
“Un día solo miré por
la ventana y decidí que iba a pintar una ventana”. Alex Katz.
“Las ventanas de las casas, incluso si la casa está
destartalada, ¡siempre son hermosas porque las ventanas representan la luz!”.
Mehmet Murat ildan.
“Tratar de predecir
el futuro es como tratar de conducir por un camino rural por la noche sin luces
mientras mira por la ventana trasera”. Peter Drucker.
“Si quieres que la gente te entienda, ¡Invítalos a tu vida y
deja que vean el mundo desde tu ventana!”. Mehmet Murat ildan.
“Todas las ventanas
de mi corazón las abro al día”. John Greenleaf Whittier.
“Las ventanas de mi
alma las abro de par en par al Sol.”
John Greenleaf
Whittier.
Tesoro de mi alma, quiero sepas cuanto te amo y extraño.
Es muy difícil seguir transitando la vida sin tenerte a mi
lado como antes.
Lamentablemente, no pude detener las manecillas del reloj y
así evitar tu ausencia irreversible que convirtió, mi alma en hilachas con las
que puedo sostener la tuya.
Recuerda hijo amoroso, debes pasar por mis sueños.
Es la única forma de encontrar la posibilidad de tenerte y
entregarte, los besos que no te pude dar.
Ansío estrecharte en un abrazo interminable.
Acariciarte hasta que la palma de mis manos, queden rojas
constituiría el mejor placer.
Todo ello te corresponde.
Hijo amado, nadie me enseñó a vivir sin vos.
Te necesito.
Pensar en tu soledad aterra.
¿Cuándo vendrás a buscarme?
No conozco el camino que me lleve a tu hábitat.
Quienes me conocen, saben no deseo estar más en la tierra.
Juntos, podemos encontrar una estrella, que me deje a tu
lado por toda la eternidad.
Es incómodo continuar
en un espacio, donde no se desea permanecer.
Es mi función básica de madre, estar a tu lado.
Es horrendo, el sentimiento que me mantiene prisionera sin
poder saber que estas conexiones son compartidas con el ser que más amo, el
amigo más fiel.
Querido mío, siempre he de reiterar mi pedido cotidiano, por
favor nunca olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=DfOj1URIcHs
