Me vestí de lago con la intención de pasar por otro estadío
de la vida.
Conocerás mi nombre a medida que vayas leyendo.
Antes quiero contarte el por qué de mi decisión que a la
vista del terrenal común podría resultar un sin sentido.
¿Cómo una mujer puede querer convertirse en lago?
La respuesta en principio es simple, el intento de alcanzar la perfección.
La respuesta en principio es simple, el intento de alcanzar la perfección.
Perfección a la que no se llega por vanidad, vanidad que nace
en todos los que admiran las bellezas naturales.
Nada más lejos de ellos la intención de quien se convertirá
en pocos minutos en un lago milenario.
Espejo de agua al que no se le puede calcular la edad.
Está allí porque un Ser Superior o el Dios en el que creas necesitaba un espacio donde la
tranquilidad se consagrara como reina.
A nivel mundial conocen el camino de los siete lagos que se
encuentra en el sur de mi Patria querida.
Los había visitado acompañada por un contingente de turistas
o sola, en el momento que mi alma necesitaba un poco de sosiego.
Filmé cada espacio desde todos los ángulos posibles, reproducir
las imágenes cargaban de emotividad mi vida plena.
Nadie podía abstraerse ante la belleza majestuosa de
semejantes paisajes.
Lugares transitados por humanos provenientes de todo el orbe,
humanos que no se cansaban de grabar con sus cámaras de última generación.
No era el lugar adecuado para encontrarse con la propia
esencia.
Viajé sola, atravesé ríos, montañas y lagos de diversos
colores.
Destellos de sol iluminaban mi camino.
No importó retroceder en el tiempo, los dioses acuáticos
tenían la capacidad de conservarme tal cual me ven ahora.
En segundos podría compartir el inicio de todo el universo.
Solícitos me preguntaron qué quería ser, no dudé un
instante, quería ser quien diera vida al Lago Hermoso, no por presunción,
simplemente quería ser un espejo lacustre donde todos fueran capaces de ver
reflejadas todas sus vivencias, las buenas que enaltecen los sentidos, las
miserias que hacen que el ser humano viva en un mundo donde la opacidad es lo
primero que resalta de sus vidas.
Los dioses entendieron el mensaje.
Cubrieron mi cuerpo con telas etéreas, volátiles.
La primera brisa me convertiría en agua.
El proceso fue largo.
Ellos había elegido para mí un lugar donde el viento no
abunda.
Mis aguas no tendrían oleaje, ello impediría que se
ejercitaran deportes acuáticos.
Les había pedido un sitio donde encontrar la paz e
inmediatamente fue concedido.
A mi alredor se erguía orgullosa la cordillera.
La tranquilidad era el espacio propicio para albergar las crías
de cóndores, cuando fueran adolescentes desplegarían sus alas para surcar todos
los cielos.
Durante el crepúsculo los púrpuras y magentas se reflejaban
en mi superficie, el canto de un ruiseñor despertaba las estrellas una a una se
encendía para ser el escenario perfecto para que la luna hiciera su aparición
brillante.
La veía en todo su esplendor hasta que las luces del alba
despedían nocturnos silenciosos.
Los árboles de la orilla me saludaban abrazados, las flores silvestres
regalaban su fragancia.
Inmóvil, observaba un espectáculo difícil de describir con
palabras.
Los dioses decidieron bautizarme, los lagos carecemos de género,
acepté que me conociera el mundo como Lago Hermoso.
Hoy vestida de agua lacustre te invito a visitarme.
Sabré escuchar tus penas, si lo deseas podrás lavar tus
culpas, todos los seres humanos las tienen.
Te permito me fotografíes, también que te internes en mis aguas
tomando las debidas precauciones.
No avances si intuyes que tu vida corre peligro.
Desde la orilla puedes observarme.
Acariciaré tus pies descalzos, llevaré paz a tu conciencia.
Acumularé tus lágrimas a mi propio cauce.
No debes pedir perdón a nadie solo recuerda cada palabra que
has emitido.
Si estás en silencio sabré acompañarlo.
Por último no avances, no podré devolverte a la superficie
si intentas ingresara la profundidad de mis entrañas.
Piensa, disfruta del canto de los pájaros.
https://www.youtube.com/watch?v=0wFP5Gm031M
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