Thursday, January 08, 2015

IMÁGENES DEL DESIERTO



He conocido a Desierto a través de su prolífica obra literaria.
Su vida ha sido una leyenda que como tal no ha trascendido en su totalidad por ende voy a contar la historia que me han transmitido quienes tuvieron la dicha de estar cerca de este gran hombre.
Nació en Grecia, sus juegos se desarrollaban a orillas del Mar Egeo.
Cuando era un adolescente heredó de sus abuelos los astilleros más importantes de la región..
Poeta creciente daba poca importancia a los bienes materiales.
Pese a haber nacido en una zona marítima prefirió viajar a Europa para correr carreras de autos.
Los entrenamientos eran muy duros, pese a ello siempre encontraba un tiempo para publicar codiciados poemas.
La primera edición de su primer libro se agotó rápidamente.
En el autódromo conoció a una corredora de motos, el amor fue un flechazo que atravesó el corazón de los deportistas.
Juntos recorrieron el mundo, no solo recibía premios como el mejor corredor de autos que recuerda la historia sino que su literatura era la favorita en todos los círculos de poder.
Sibila su mujer era bellísima.
En pocos días cumplirían el primer aniversario de casados,
Desierto  sorprendería a su esposa con un regalo especial, ambos habían soñado correr el Dakar, se trasladarían a África.
Ganaron varias ediciones del premio.
Con lo obtenido hacían obras de beneficencia en lugares remotos.
Por razones políticas la famosa carrera de autos se mudó al sur del continente,
Simón y su bella esposa Helena correrían la carrera por última vez.
En esta ocasión ella  sería acompañante de su marido.
La camioneta estaba preparada para ganar la competencia.
Ganaron las primeras etapas del circuito, mientras Helena dormía en los días de descanso Simón dedicaba largas horas a desarrollar su potra pasión.
Los sitios visitados era de una belleza fuera de lo común, ello inspiraba al maestro.
Mañana atravesarían el desierto de Atacama.
Una maniobra errada al cruzar una duna motivó que la camioneta diera varios trompos.
El auxilio nunca llegó.
Simón entendió que había equivocado el camino.
No abandonaría al amor de su vida.
Helena murió en sus brazos.
El tiempo ha pasado, en el lugar no quedan rastros del vehículo, solo ha crecido un bello cactus coronado por una flor.
Cuenta la leyenda que es Desierto y la flor que corona su cabeza Helena.
Desde el aire han fotografiado el ejemplar, en las oscuras y solitarias noches del logar la flor inexplicablemente tiene gotas de rocío.
Dicen que son las lágrimas que derrama Helena por estar cerca de su amor y no poder abrazarlo como antes.
Desde el momento que la muerte los separó, Simón fue bautizado como Desierto.


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