Sunday, May 23, 2010

DOS TRENES, UN SECRETO








Sabe que hoy será el último viaje de temporada del famoso Tren de las Nubes.


Tomó conciencia que le quedaba poco más de media hora para llegar a la estación.


El otoño salteño mostraba su esplendor, lentamente la brisa desnudaba los árboles formando una alfombra que crujía bajo sus pies.


El traje de azafata resaltaba su belleza, dejó que el viento secara el cabello, en el bolsillo de la casaca guardaba una cinta para anudarlo antes de comenzar su trabajo en los vagones especiales.


Aquellos eran utilizados por los turistas, confortables, con mullidas butacas, dotados de ventanillas panorámicas que les permitirían observar, fotografiar o filmar paisajes majestuosos.


Caminó rápido por el andén, los guardas hacían la segunda llamada.


Era hora de partir.


Estarían cerca de quince horas a bordo del tren más alto del mundo.


En las estaciones el tren detenía su marcha, tiempo suficiente para que los lugareños vendieran recuerdos a los pasajeros o los invitaran con comidas regionales.


La vista no podía ser más hermosa, cuadros en movimiento que regalaba la naturaleza.


Los cerros mostraban sus cúspides blancas, la nieve había llegado a ellas.


Suspendido en el aire el tren se deslizaba a mucha altura, antes de cruzar los puentes de acero sería la última vez que detuviera la marcha.


En ese instante el corazón de Marcia daba vueltas en su pecho, sonrojada creía que el pasaje podía notar su emoción.


En el andén esperaba la joven que había conocido años atrás, traía poco equipaje, en su interior, papeles que la autorizaban a viajar, el escribano que los había redactado no imponía fecha para volver.


El reencuentro trajo infinitos abrazos.


Elenita le contaría un secreto.


Los vagones cerraron sus puertas, recordaron al pasaje que las ventanillas debían permanecer cerradas.


Comenzaría el ascenso más alto, gigantescas torres de acero sostenían los puentes.


Las nubes bajaban del cielo saludando a los turistas que no se cansaban de tomar fotos en ese sitio tan pintoresco.


El salón comedor estaba listo para recibir a los viajeros.


Marcia y Elenita ocuparon la última mesa, ésta le contó que su papá no objetaba el viaje ni le importaba si alguna vez decidía volver.


Sabía que podía contar con ella, era la única mujer que había conocido después de la partida de su mamá.


Ella entendería el secreto que estaba a punto de develar.


Con voz queda relató que odiaba al abusador, aún así estaba dispuesta a tener a su hijo.


El llanto no tardó en aparecer, Marcia le brindaría ayuda.


Hoy las dos mujeres viven en el sur, junto a Nehuén.


Entre paisajes nevados, bosques de ensueños, las mujeres comprenderán que es inocuo perder un tren.


Otro llegará para internarse en paisajes diseñados por un ser superior.










No comments: