Thursday, May 13, 2010

RAPSODIA BOHEMIA




El humo de los cigarrillos formaba figuras fantasmagóricas.

Carpas multicolores rodeaban el predio circundante al estadio.

La llovizna fue una invitada inesperada, los chicos se refugiaron debajo de las lonas.

Esteban llevaba una guitarra, a todos enamoraba con los acordes de los temas del famoso rockero.

Ella compartía un lugar con sus amigas, muy cerca de la puerta de entrada al club.

No podía negar que la figura del novel guitarrista la impactaba.

Qué no daría por sumergirse en esos ojos azules como el océano.

Tarareaba la letra de todas las canciones.

Sensaciones nuevas recorrían el cuerpo de la muchacha.

La luna jugaba a las escondidas con las nubes, la brisa suave despejó el cielo permitiendo se encendieran las estrellas.

Antes del amanecer, intercambiaron teléfonos.

Esteban se mostraba reacio a las muestras de cariño que ella le prodigaba.

Prefería estar en silencio acariciando las cuerdas de su guitarra.

Se despidieron para que los otros chicos tomaran la posta para comprar las entradas, estaba previsto que a media mañana se abrieran las ventanillas al público.

La gran noche estaba a punto de nacer.

Las amigas habían tenido tiempo de cambiarse antes de ingresar a la cancha.

Una inmensa alfombra plástica protegía el césped de las pisadas de una multitud expectante esperando la aparición del cantante.

Tenían la mejor ubicación.

Bandas de soporte matizaban la espera.

Lo buscaba con la mirada, necesitaba verlo, quizás robarle un beso, abrazarlo, infundirle calor a ese cuerpo desgarbado.

En el majestuoso escenario las luces se atenuaban, indicando que aparecería la máxima figura.

Muchas bengalas iluminaban la noche.

Freddie era atractivo, salió enfundado con un pantalón de cuero, los tiradores marcaban el torso desnudo.

El concierto exaltaba las emociones, miles de voces entonaban cada canción en el idioma original.

Esteban subió al escenario invitado por el artista, un solo de guitarra precedería a una de las canciones más solicitadas.

Rapsodia bohemia fue repetida varias veces.

La velada llegaba a su fin.

Una limousine esperaba al cantante, hombres de seguridad rodeaban el lujoso automóvil para protegerlo del cariño de los fanáticos.

Apenas bajó la ventanilla para saludarlos.

No estaba solo, Esteban lo acompañaba.

En ese instante ella derramaba lágrimas de impotencia, en un segundo había comprendido el significado de los besos prohibidos, esos que quiso regalarle a quien había despertado los sentimientos más bellos, jamás fueron aceptados, ahora comprendía, la fría realidad sacudía su corazón.

Necesitaba salir rápidamente de allí, lograr que el llanto apagara el fuego de su alma, cantaría una rapsodia solitaria hasta que el olvido llegara.


http://www.youtube.com/watch?v=uoXhQeR5Y9c&feature=related

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