Monday, May 31, 2010

TRES ÁNGELES




Nunca supo tolerar las ausencias, un año antes que ella otro artista de la música subió las escaleras que llevan al cielo, acompañando a un barquero que buscaba otros destinos.

Peldaños transparentes, infinitos que llevaban a ese lugar donde los ángeles se unen para entonar las canciones más bellas.

Duelen las partidas que nos impone la vida.

No importa si en el ascenso las flores del paraíso abrieron sus capullos para recibirlos.

No están, jamás aceptará que no volverá a abrazarlos, escuchar sus voces.

Silencios vestidos de negro.

Flores marchitas que se elevaron tan alto que no puede sentir su fragancia, el aroma suave e intenso será percibido allá lejos.

Se pregunta si a ellos les hubiera gustado que borbotones de lágrimas surgieran de esos ojos enrojecidos hasta transformarse en cuencos secos.

El piano está mudo, extraña que acaricien sus teclas.

En el caballete espera que las alas de los pájaros se transformen en pinceles que adoren la tela.

Nada.

La letra pareciera que ha muerto con ellos.

No sabe si hay flores en el paisaje que habitan.

¿Aquel amante de las aguas celestes que se confunden con el universo, habrá llegado a destino en su barco poblado de sueños?

El frío presume con los copos de nieve, no son tantos como para sepultar los recuerdos.

¿Cómo será el mundo dónde moran los seres celestiales?

¿Habrán logrado encontrarse con los seres queridos que iniciaron un camino etéreo, volátil?¿Podrá extender las manos para acariciar sus imágenes?

¿Encontrará consuelo con las caricias terrenales?

¿Será posible abstraerse del dolor y solo sonreír como hubieran querido ellos?

Nada.

La búsqueda de fotos es incansable.

Divertidos sonríen en el colorido papel, intentando morigerar el dolor que han dejado en su alma solitaria.

Cronos descansa, ha delegado funciones en su hijo pródigo.

¿Kayrós bajará de los cielos para brindarle consuelo?

Mudo misterio.

No pronunciará sus nombres.

Millones de años luz, jamás podrán borrar aquello que atesora en su memoria.

Mañana, no sabe cuando podrá abrazarlos cobijados bajo un cielo poblado de estrellas.


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