Tuesday, September 03, 2013

TINIEBLAS



En ellas vivo, la vida no me ha dotado de un cuerpo armonioso.
Soy negro como el pensamiento que deja de serlo, poseo alas que me permiten transportarme a cualquier parte sin necesidad de luz.
Mis ojos iluminan los senderos opacos y sin brillo que suelen tener ciertos episodios de la vida.
Muchos me temen por mi apariencia sin conocerme, sin embargo he asumido que no se necesita ser una cara bonita para comprender aquello que se adentra en los espíritus de cualquier ser terrenal.
Nada me gustaría más que se dieran la oportunidad de conocerme para comprobar que no soy nocivo.
A estas alturas del relato siento la necesidad de presentarme.
Soy un simple Murciélago que no le teme a nada por la sencilla razón que eso que Ustedes denominan conciencia está limpia.
Vivo en los campanarios de las iglesias, no me perturba el tañido de las campanas, cuando ello ocurre ocupo una cueva en una piedra donde la luz no pasa.
Quiero que desmitifiques las historias que sobre mi te han contado.
No me alimento de sangre humana, icor por el que sentían debilidad ciertos dioses.
Jamás he dejado marcas en el cuello lozano de una mujer bella, simplemente las observo.
Cuellos de marfil del que penden joyas con piedras preciosas, cuellos que han sido la inspiración de muchos poetas.
Me han discriminado muchas veces, no he analizado si fue con razón o sin ella.
A veces cuando me canso de las torres de las catedrales viajo por los cementerios.
No te asustes, allí moran los cuerpos, las almas han ascendido al Reino de los Cielos.
No temo a las osamentas, tampoco a la rigidez de los cuerpos, son un envase vacío que en vida han sufrido de manera conciente o inconciente.
Respeto el descanso eterno, cuando el Sol que no es mi amigo aparece, me oculto en la copa de los álamos.
Ríos de tinta se han escrito sobre mi existencia, ninguno se acerca a la realidad que vivo en forma cotidiana.
Sabrás de memoria que soy un mamífero ergo no soy vegetariano.
Sin embargo pese a mi condición cuando las tinieblas aparecen soy el que se ocupa de quitar las flores marchitas que están en los sepulcros.
Nunca entendí la hipocresía de los humanos, una vez al año o en fechas determinadas visitan la tumba de quienes han amado en vida, después sobreviene el ocaso y el olvido.
Una campanada indica que es el horario para que los familiares de los difuntos se alejen de ese lugar sagrado.
Mientras ellos abordan lujosos autos y lloran lágrimas sin sentido, ha llegado mi hora, hora de acompañar los recuerdos que tuvieron cuando la vida no se extinguía.
Una gran mayoría no comprendió el tránsito entre la vida y la muerte.
Creyeron que la muerte era como un portazo que cerraba caminos.
Almas inmersas en la pobreza que no se dieron la posibilidad de pensar que la muerte es una continuación de la vida.
He decido transformarme en un pájaro bello, tan bello que ningún mortal podrá apartar la mirada de mi figura.
No creas que tengo intenciones de molestar a alguien en especial o particular.
Ella está extasiada con mi nuevo porte, le exige a su joyero un prendedor único, no le importa el costo.
Me apena que no sepa pedir y solo su voz se levante estridente para exigir una pieza única.
Se utilizarán las piedras más exóticas, el orfebre dará movimiento a mis alas.
Noche de ópera, el vestido de terciopelo destacará sus curvas, es casi perfecta.
No hay hombre que se resista a la hermosura de una belleza pagana.
Los rizos dorados están contenidos en una diadema, en su pecho orgullosa luce una joya extravagante.
Es centro de todas las miradas, dueña de todos los suspiros.
Ocupará un palco cercano al escenario, la silla del acompañante está vacía.
Inquieta consulta el reloj pulsera.
Los minutos pasan como si el reloj hubiera emprendido una loca carrera.
El orgullo le impedirá aceptar que esa noche que es tan deseada por todos los caballeros, ella estará en soledad absoluta.
El abanico oculta el rostro, sus ojos son los más divinos que he visto en mi vida.
Escucho su respiración entrecortada, percibo que la ira se ha apoderado de su alma inquieta.
Los primeros acordes seducen, transportan a mundos desconocidos.
Me siento incómodo en su pecho, no quiero ser el prendedor que la ilumine.
Emprendo mi vuelo sin rumbo cierto, sé que esa mujer de extraña belleza no merece portar en su vestido la figura de un simple murciélago vestido de gala.
De lejos observaré las miserias de su alma.
Está tan sola como yo, con la diferencia que mi aspecto rechazado no es óbice para que goce de libertad eterna.

http://www.youtube.com/watch?v=os2SQLWxl…

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