Friday, October 08, 2010

UNA HISTORIA DE AMOR DIFERENTE




Irina y Dimitri son dos aldeanos de las estepas rusas.
Casados en una sencilla ceremonia vivieron un tiempo en la compañía de los suegros del hombre.
Ambos buscaban independizarse.
El trabajo de su marido dejaba a Irina sola durante largo tiempo, se amaban demasiado, era una carga imposible de sobrellevar la distancia que imponían las tareas de su esposo.
Igor los conocía desde pequeños, anhelaba que la pareja concretara sueños y proyectos, para ello deberían estar juntos.
Esa tarde, el sol se escondía tiñendo de rojo y sombras recortadas los árboles de la humilde casa.
Encontró a la pareja finalizando los quehaceres de la granja, en pocos días su amado debería partir para cumplir con su trabajo.
La llegada de Igor logró que la mujer sonriera, rápidamente secó las lagrimas que precedían la inminente partida de su esposo.
Aquel era portador de buenas noticias, les había conseguido trabajo en un castillo, para ello deberían mudarse a una pequeña isla ubicada en el golfo de Finlandia.
Nada importaba si eso permitía que la pareja se mantuviera unida.
Dimitri renunció a su trabajo, una nueva vida junto a su esposa los esperaba en un lugar de inigualable belleza.
Al cabo de un mes estarían instalados en el majestuoso castillo.
Irina se dedicaría con otras criadas a mantener en condiciones óptimas el sitio.
Dimitri se ocuparía junto a otros hombres de la vigilancia de la mansión.
Las semanas pasaban sin grandes novedades.
El matrimonio había encontrado su lugar en el mundo.
Noches ardientes, juramento de amores que trascendieran el tiempo, promesas de agrandar la familia.
Los dueños de casa reconocían el empeño que ponían en sus labores, pronto Irina sería nombrada ama de llaves, ello le permitiría visitar en una de las torres del castillo a su marido.
Le acercaba comida y galletas recién salidas del horno de leña.
Dimitri cambió su carácter, poco quedaba del hombre que había conocido.
Al principio pensó que su comportamiento extraño se debía a los celos por el nacimiento de su primera hija.
Ella trataba de explicarle que los amores eran diferentes, la niña necesitaba los cuidados de su madre.
El padre apenas le dedicaba una sonrisa.
Se refugiaba en la estrechez de unas de las torres de la construcción de la edad media.
Varias veces encontró a su marido en plena oscuridad, evitaba la luz diurna, había suspendido los paseos por el extenso parque acompañando a su familia.
La lividez del rostro asustaba a la mujer.
Convocaron al médico de la comarca.
El diagnóstico de la enfermedad quebró la fuerza de la mujer, su marido sufría de vampirismo, por ello su rechazo a la luz, las caminatas en las noches cuando la luna no estaba suspendida del cielo.
Instantes de añoranza por el viejo lugar en que residían.
Sveltana no podía presenciar el quebranto de salud de su padre.
En un mes estaría junto a los abuelos maternos.
El cielo plomizo preludiaba una tormenta.
Irina sujetó los pliegues y puntillas de su pollera, dejó los zapatos a un costado de la escalera.
Al llegar a la pequeña torre encontró a su esposo tendido en el piso, creyó que la muerte lo había elegido.
Intentó auxiliarlo.
Dimitri o aquello que había quedado del único hombre que había amado en la vida se incorporó para avalanzarse sobre el frágil cuerpo de su mujer.
Con un beso ahogó el grito de terror que nadie debería escuchar.
Encontraron a Irina arrojada en el parque que circundaba la mansión.
No tenía señales de golpes o violencia.
Dos marcas en el delgado cuello cerraban un capitulo de la vida de una mujer que había amado con todas sus fuerzas.
Jamás pudieron detener a su agresor.


http://www.youtube.com/watch?v=McPxeyF3teY&feature=related

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