NACIMIENTO DE LAS RADIOGRAFÍAS

Londres amanece con brumas, el otoño las trae para que se queden instaladas durante las próximas dos estaciones.
Faltan horas para mi nacimiento.
Sé que mi aparición revolucionará el mundo de las ciencias, solo seré auxiliar de los médicos.
Mi aparición producirá la creación de nuevas carreras.
Eva acaba de recibir su título de técnica radióloga, cuando ingreso a la Universidad, encontró que muchos no le daban demasiado futuro a su carrera y a mí ya que no nos
conocían.
Ella es perseverante.
Con sacrificio abrió un laboratorio de imágenes, al principio estábamos solas, hasta que todos accedieron a este nuevo mundo que revolucionaría a los científicos.
Puedo decir de mi amiga que trabaja de sol a sol aún cuando este intente esconderse detrás de un manto de neblina.
En dos oportunidades me dejó sola, el estado de gravidez le impedía ingresar al salón radiológico.
Mientras duró el embarazo Lila ocuparía su lugar, sin embargo la extrañaba a ella, le conté que en otro lugar del mundo confeccionaban protectores cubiertos de plomo, era la única manera de atemperar los rayos X.
Decidimos que era mejor que se cuidara, el tiempo pasaba rápido.
La gestación gemelar trajo dos niños hermosos, ángeles que habían llegado desde el amor para acompañarnos.
Fui útil cuando Linda cayó jugando desde su casa de muñecas, pude ver que se había fracturado su manito.
Con mi ayuda, mimos un yeso la nena estaría bien en pocos días.
Tengo mil historias vividas con mi dueña.
Sentí que envejecía cuando nacieron mis hermanas, ellas representaban los últimos avances de la tecnología en el diagnóstico por imágenes.
He cedido mi lugar.
Una tarde de estío mientras observaba las flores del cuidado jardín, varios empleados, me vistieron con planchas de telgopor y cartones.
Lila no sabe cuánto sufrí por nuestra separación.
Intenté demostrarle una alegría que no tenía.
Comprendí que en otros lugares me necesitaban.
Atravesé mares encrespados, por la ventana de la bodega podía ver la estela que dejaba el barco en el agua.
Cientos de gaviotas formaban una escuadra perfecta, sé que me estaban despidiéndo.
Llegué a un pueblo lejano, no había nada.
Me espera un salón grande.
Mientras me instalan no puedo dejar de observar las paredes descascaradas.
Acompañaré a todos los médicos, no tendré descanso.
Buscaré en el interior del ser humano todo aquello que no se ve a simple vista.
Estoy contente de estar en este sitio allende los mares y la vida.
Han nacido mis hermanas, debo reconocer que han sido perfeccionadas.
Ecografía puede ver el movimiento de los niños en el seno materno.
Centellograma ingresa en el cerebro de los humanos buscando dolencias, no sabe leer los pensamientos.
He quedado relegada solo para las urgencias en los lugares donde no hay nadie más que yo.
Soy feliz, todos me recuerdan con respeto, no contaré a cuantos humanos he ayudado.
No soy vanidosa.
Cronos ha dejado sus marcas en mi estructura.
Ciencia y tecnología siguen creciendo.
Recibo menos visitas, me gustaría no tener ninguna, significaría que los humanos no están lastimados.
Hoy cumplo ciento quince años, no me pesan, he recorrido un largo camino, supe aceptar el advenimiento de la modernidad.
Solo pido que en este lugar agreste, donde la naturaleza ha bendecido con belleza cada rincón, no me olviden.
Vieja, grandota, mi cuerpo sirve para detectar dolencias que el ojo humano no puede percibir.
Espero que no me necesites nunca, si así fuera allí estaré esperándote.


http://www.youtube.com/watch?v=m2hQh0o0gkk