Tuesday, November 14, 2006

PROHIBIDO CREER

Que este que emprendemos no será el viaje con que siempre hemos soñado.
Preparo mi maleta con las cosas que me pediste el vestido amarillo bordado, ese que usé cuando delante de Dios te prometí amor eterno.
En un frasquito pondré algo de arena y un poco del agua del mar que tanto amamos, ese mismo que fue testigo de nuestro amor,los juegos en la playa nuestro primer beso y la sublime entrega de nuestros cuerpos.
Del árbol que te gusta cortaré una flor para prender en mis cabellos
.Es hora de partir, ambos quisimos ser protagonistas de este viaje, alejada del aeropuerto nos espera una nave para llevarnos a toda velocidad a dar un paseo por el espacio.
Apuramos nuestros pasos nuestros sombreros se vuelan para posarse en la pista, serán lo único que demuestren que alguna vez estuvimos en la tierra.
Dentro del cubículo, cerca de los comandos observo u sobre y una flor, su perfume embriaga nuestro espacio.
Me pides que no la abra ahora, que deje de lado mi impaciencia, hasta más tarde.
Ajustamos nuestros cinturones a las butacas de ésta que será nuestra nueva casa.Lejos de los ojos que tanto nos dañaron, juntos observaremos la aparición de la primera estrella.
No viene sola, miles de ellas como luciérnagas titilan en el cielo de un color azul indescriptible, un poco más lejos vemos la luna en cuarto creciente.
Ese será nuestro lugar, ya llegamos, hace frío y tu abrazo le devuelve calor a mi cuerpo.
Robaremos de la luna un rayo plateado para que nos ilumine su luz potente nos permitirá vernos por fuera y por dentro.
En el centro de tu pecho viril palpita tu corazón, sus compases realizan una simbiosis con el mío.
Estamos alejados viviendo en el lugar donde viven quienes se aman de verdad, sin ataduras sin palabras que intenten socavar este sentir eterno, si más sentimientos que los nuestros, eso alcanza para que la imaginación haga brotar de un suelo árido el mas tierno de los sentimientos.
Alejados del egoísmo, de las palabras que hieren como una daga, aquí solo estamos, tú y yo para amarnos.
Algún día, nadie sabe cuando, ya que aquí no se mide el tiempo, nos hemos convertido en una parte del infinito regresaremos a la tierra, cuando haya paz, cuando las semillas de los sentimientos broten por todas partes, cuando todos los males hayan sido erradicados, cuando todos sepamos conjugar el verbo compartir y comprender que las estrellas solo están en el cielo, allí volveremos con la preciosa carga de nuestro hijo, para seguir sembrando lo que aprendimos, pero por sobre todas las cosas para que los humanos entiendan que no hay lazo más fuerto que el que tiene como eje un amor sincero.

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