Cuenta una vieja leyenda que cuando las estrellas desaparecen de la vista de los humanos son utilizadas por sus compañeras para formar luminosas coronas para luego entregar a los componentes del sistema solar en tiempos que Cronos no puede medir.
Disgustados por diferentes razones alguno de ellos no concurrirán a la coronación.
Plutón no acepta que lo denominen el planeta enano, jamás perdonará semejante osadía, Neptuno y Urano deciden acompañarlo, pocos notarán la ausencia del trío, pocas veces son nombrados y cuando lo hacen siempre los tildan de ser los más chicos.
A través de un telescopio de última generación desde la tierra, ella observará la fiesta, ajusta el sonido, si, tiene sonido.
El planetario está solo, ello le permite utilizar esa joya de la tecnología.
La música tenue acompaña el momento que en instantes se revelará.
Arrogante aparece el Sol esgrime argumentos para quedarse con la corona, sin él la vida no existiría, las semillas no germinarían todo ser viviente necesita de su calor.
Tanta alabanza a su propio ego cansa a los demás invitados al evento.
Aparece la Luna, quiere la corona para ella, tiene varios vestidos para lucir, quienes traen vida a la vida cuentan nueve lunas para saber en qué momento se producirá el milagro de un nacimiento, inspira a los poetas, cuando utiliza su vestido negro propicia los encuentros que encienden la pasión.
Es la única que ha sido visitada por el hombre, no duda que pronto será coronada.
Marte en silencio está rojo de furia, quiere contarle de varias expediciones que se han realizado para explorarlo, como no le gusta discutir con una mujer prefiere callar.
Mercurio los observa, por el momento no dirá nada.
Júpiter cree que por ser el más grande tiene derecho a ser coronado, trata de imponer su tamaño.
Exhausto por el peso de los anillos, llega Saturno.Venus tan brillante como bella sabía que no necesitaba ser coronada.
Confiado en una justa resolución por ser el único que posee aros celestiales, desplaza a su antecesor, cuenta del trabajo que significa moverse con su carga multicolor, argumenta que todos lo admiran por su belleza innata, algo que no tienen sus compañeros del espacio, se autoproclama vencedor, será el único dueño de la corona de estrellas.
A millones de años luz, ella desconecta el telescopio.No quiere asistir a controversias celestiales, sabe que sin la presencia de uno de nada servirán los otros componentes del sistema solar.
Razona.
Si allá tan lejos todos quieren ser reyes, es una tarea imposible lograr que aquí en la tierra se logre un entendimiento, donde todos quieren ser estrellas sin luz.
Tranquila se entregará al sueño, quizás en algún tiempo no lejano, más allá de las propias dificultades terrenas, entre todos los que habitan la tierra, alguna vez se corone la razón.
http://www.youtube.com/watch?v=J31XVeqeMqY&feature=rela
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