Wednesday, July 18, 2012

MARAVILLA SUBTERRÁNEA



Decidí regresar a Colombia sin comprar un paquete turístico, de esa forma podría conocer los sitios a los que no había accedido en la visita anterior.
Dos años habían pasado desde que había quedado maravillada observando el Río de los Sietes Colores, la formación de algas propicia que el agua cristalina en ciertos tramos forme un arco iris líquido de belleza suprema.
Por suerte el avión que me depositaría en Bogotá salió del aeropuerto internacional sin demoras, comencé a disfrutar desde el primer minuto un viaje que sería pródigo en agradables sorpresas.
Terminados los trámites en migraciones un taxi me esperaba para llevarme a un hotel céntrico dotado de las comodidades que requiere un turista.
Cercano a los centros comerciales en los que se pueden adquirir productos regionales y cualquier otro que se piense están esperando al viajero.
En una agenda anotaría los lugares que deseaba conocer dedicándoles el tiempo necesario que no se ajusta a los que establece un tour turístico.
El conserje del hotel en el que me alojaría llevó mi equipaje a la habitación asignada, cómoda, con ventanales orientados hacia el paisaje montañoso.
Comenzaría mi aventura al día siguiente, previamente había alquilado un auto para desplazarme al lugar que quisiera.
Como toda mujer el primer circuito que cubrí fue visitar un yacimiento de esmeraldas, la distancia no pesa cuando se conocen las gemas más bellas del mundo, no solo por su tamaño sino por la variedad y facetas que tienen tan codiciadas gemas.
Rutas en buen estado permiten acortar distancias, la compañía de los cafetales al pié de la montaña fueron testigos silenciosos durante un buen tramo.
Admiraba a los trabajadores que recogen los granos de café que luego serán procesados para llevarlos al mercado, sombreros de paja no alcanzaban para atemperar los rayos del sol, nada los inmutaba, la consigna era cosechar para luego exportar al mundo.
Al día siguiente decidí moverme por la city, museos, catedrales, cafés literarios.
Leyendo un ejemplar encontré una perla, el ejemplar hablaba de la Catedral Subterránea de Sal conocida como Zipaquirá.
Ansiosa me entregué al sueño pensando que se magnificaban las expresiones.
Desayuno con frutos, el humeante café que había degustado tantas veces.
El mapa me llevaría a un lugar imponente que es muy difícil describir con palabras, a ciento sesenta metros de profundidad se erige una de las catedrales más exóticas que se pueden conocer.
Pensé que el descenso haría necesario la utilización de oxígeno, no ocurrió, un Ser Superior nos guiaba a las entrañas de la tierra, nadie por más compuesto que sea puede evitar las lágrimas, en libertad ruedan por el rostro ante una vista majestuosa.
Una cruz de diez y seis metros de altura preside el altar, iluminada por luces azules que han bajado del universo.
Los oratorios son sencillos, de madera noble.
A un costado los cascos que alguna vez cubrieron la cabeza de los mineros producen sensaciones encontradas, en ese espacio tan cercano al misterio solo rige el silencio, no se escuchan murmullos, ante semejantes vistas se le rinde culto a aquel.
En las paredes de sal hay grabadas imágenes religiosas, no se hacen diferencias cuando de admirar belleza se trata.
La melodía está ejecutada por los latidos de los corazones que visitan esa maravilla.
No hay cansancio en el ascenso, alguien aliviana nuestros pasos, nos transporta.
El alma de los seres humanos se vuelve transparente después de haber presenciado un espectáculo indescriptible.
En una horas regresaré a mi patria querida, he visto tanta grandeza en las entrañas de la tierra que no dudo regresaré nuevamente.
Quiera el destino enrejar en mi alma inquieta todas y cada una las sensaciones que he vivido en esa maravilla regional que atesora una nación hermana.

http://www.youtube.com/watch?v=JYKPhAIdH…

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