OBJETO CODICIADO

Todos objetan la codicia y no está mal que así sea.
Es la enfermedad del absurdo, el querer llegar u obtener más sin sentido o razón coherente.
Pese a todo ello debo decir que desde hace muchos años he pasado a ser un objeto codiciado, sí codiciado por todos.
Los límites de edad no existen cuando me hago presente.
No quiero que pienses que la vanidad se ha apoderado de mi esencia, solo te voy a contar algunas de mis experiencias.
En manos de un niño y en cómplice compañía logro que acceda a los juegos menos imaginados, también participan los que no son tan niños y disfrutan del goce de compartir en familia o con amigos.
Comparto las horas del poeta, soy inmune al paso de las manecillas del reloj, juntos podemos cristalizar mundos perfectos o imperfectos.
Juntos visitaremos paisajes desconocidos, el poeta tiene su creatividad, mi lugar es aportar la herramienta para que sus proyectos se conviertan en realidad tangible.
Mujeres y hombres me utilizan, no cometo la infidencia de preguntarles su edad, no es necesario cuando el amor se enciende, soy testigo de los sentimientos, sentimientos que elevan el amor o aquellos que del don hacen un desafío.
Ayudo a todas las clases sociales, los empresarios necesitan de mí para elaborar sus balances.
Soy portador de buenas noticias, no niego que las otras que producen conmoción, preferiría no existieran.
En cualquier circunstancia recibo caricias, muestras de agradecimiento.
Los artistas pueden esbozar accionándome el bosquejo de sus obras.
A través mío llegarán a multitudes, puedo lograr que escuchen el aplauso de seres desconocidos que no saben de la relación de tiempo y espacio.
Alegro con variados acordes, no estoy solo para esos menesteres, tengo amigos que me ayudan a llegar a la meta propuesta.
No tengo un color definido, tampoco creas que ocupo demasiado espacio.
Aprendí a no ser el eje del mundo, cualquier mundo, en el que elijas estaré presente en cuerpo y alma.
Mi opción no fue ser el nexo que te posibilite comunicarte con tus pares, sin embargo he asumido con gracia mis obligaciones.
He sido testigos de toda clase de lágrimas, lágrimas que se derraman por amor, también por impotencia.
Mi corazón de acrílico tomaba vida al notar en tu bonito rostro la mueca de una sonrisa.
Solo te quiero pedir un favor, no me maltrates, tienes derechos adquiridos, trata de utilizarme para llevar buenas noticias.
Desde que nací supe que mi vida tendría fecha de vencimiento.
Cuando me descartes no me arrojes dentro de una bolsa, piensa que puedo ser de utilidad para los desposeídos a quienes le sobra ingenio para recomponerme.
Recuerda que soy un objeto codiciado, sin tus manos se extingue mi vida.
No quiero despedirme sin decirte que soy un Teclado.

http://www.youtube.com/watch?v=Qb_jQBgzU…