Tuesday, September 23, 2008

EL PARAGUA




Sveltana y Sergei se aman, están atentos a los preparativos del casamiento, antes de la ceremonia, ella le confesará su pasado, ha determinado concluir con su vida de espía.
De ahora en más se dedicará a conformar la familia que siempre soñó.
Nada debe ocultar al hombre de su vida.
Le propondrá mudarse lejos, América los esperará para siempre.
En sueños imagina la casa, convencerá a su futuro esposo que la misma esté cerca de una playa, el mar con su inmensidad será quien transporte los pensamientos de la muchacha.
No le importa alejarse de su familia, en tierras lejanas tendrá la propia.
Sobre la cama espera el vestido de novia, blanco como los copos de nieve que tapan la plaza.
Irina, su madre eligió las piedras más bonitas para bordarlo, en cada cuenta irá depositado el cariño que le tiene a su única hija.
En el jardín de invierno se llevará a cabo la fiesta, las mesas han sido cubiertas por manteles blancos terminados en finas puntillas, sobre ellos pequeños arreglos florales contendrán las velas y sus lágrimas de cera.
Será una recepción digna de una reina, nada hace presagiar la tragedia.
Sveltana tiene tiempo, toma su paraguas y se dirige a la basílica.
Todo está en órden, tal cual lo planeado.
Camina sorteando la capa blanca resbaladiza, imagina el festejo.
No advierte que Palev la sigue, imposible reconocerlo tiene el rostro cubierto con un gorro de piel.
Acomoda las flores que ornamentarán el sitio.
Fija la mirada en los techos cóncavos de la iglesia, parece la entrada al cielo.
En un rato más entregará su renuncia, hasta ese instante deberá cumplir con la última misión.
Etérea camina sobre la alfombra.
Sueña con un futuro rodeado de niños, extasiada cree escuchar sus sonrisas de almíbar y caramelos.
De su brazo cuelga el paraguas, el mango contiene información valiosa, sabe que será la última vez que expondrá su vida.
Bucea en la mirada de Sergei, es el amor de su vida.
Un disparo certero termina con la vida de la joven, los especialistas revisan el cuerpo, imperiosamente buscan el papel que contiene la fórmula.
La sangre de la muchacha ha teñido de rojo los códigos secretos que estaba a punto de entregar.
La lápida muestra dos fechas 1903-1932, incólumes como la muerte.

No comments: