Thursday, September 04, 2008

LA ROSA BLANCA






La puerta quedó a medio cerrar, o tal vez haya quedado a medio abrir, nunca me gustaron los juegos de palabras que no conducen a nada.

Por esa abertura entraron algunos de mis sueños, otros quedaron esperando en el umbral.

Tengo miedo de dejarlos entrar, muchos de ellos vienen acompañados de amargura o quizás de lo cotidiano, sin embargo prefiero esperar.

Dejo que las horas caminen por la esfera del reloj, pensando que cuando marque las doce estarán unidas, como hace tiempo estuvimos nosotros abrazados por los pensamientos.

Recuerdo cada una de tus palabras, esas que vestías de paisajes soñados para que comenzara a amarte sin límites, pronto aparecerían los fantasmas que traen las dudas, en ese instante usabas vestimenta de guerrero, el hombre que jamás hubiera querido conocer, tu lengua de fuego no se convertía en dulces besos, emitías sonidos semejantes a una llamarada, sin querer o queriendo dañabas mi corazón inquieto.

Albergué en mi alma cada sensación que vivía, no sabía que estabas mintiendo.

Crédula te seguí a todas partes intentando concretar los proyectos, nunca le dimos importancia a nuestros respectivos pasados, los dejamos descansar más allá del espacio y el tiempo.

Recuerdo tu primer regalo, una rosa blanca que supo conquistarme con su delicadeza y fragancia, tarde vi que tenía espinas, me asombró que te rieras cuando observaste la sangre que manaba de mis dedos, en ese instante percibí tu mente perversa, gozabas con el sufrimiento ajeno.

El destino encendió todas las luces, no me permitiría equivocar el sendero.

Sabía que optimista buscaba el lado bueno de todo, era feliz en mi mundo de fantasías.

Nunca olvidaré la tarde en que descubrí que tenías una amante, hoy sé que sos el mentiroso perfecto, nada te importa.

No seré yo quien siembre de piedras tu camino, aún cuando no te des cuenta, aparecerán solas, serán fiel testigo de cada uno de tus actos .

Puedo contarte sin prejuicios que por fín me siento libre, la rosa blanca descansaba entre las hojas de mi libro preferido, sus pétalos tienen el color ocre que otorgan los años.

Encenderé la salamandra, sé que no es época, el sol anuncia la llegada de la primavera, los primeros brotes asoman en las plantas, temprano algunas flores comienzan a regalarme su aroma.

En la vida todo tiene su tiempo, ya no sos la rosa blanca de nuestros primeros encuentros, el fuego te convertirá en cenizas volarán hacia el infinito, ni siquiera serás parte de mis recuerdos, soy libre, he crecido, tengo una certeza, jamás lograrás la libertad que tengo, para mi estás muerto.

Cerraré la puerta con siete llaves y cerrojos, solo vivirán en esta casa mis propios sueños.

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