Friday, September 19, 2008

RECUERDOS DE BUDAPEST




Atrás había quedado la fama, la infancia menesterosa contar las monedas para el alimento diario.

Nunca olvidaría la noche en que murió su madre, era todo en su vida, el cariño de Bess no pudo suplantar ese amor casi enfermizo, vestida de lentejuelas multicolores la vida no le había dado la posibilidad de procrear.
Se amaban con locura, pese a todo siempre rondaba en la relación el fantasma de su madre.

Sumido en la depresión decidió alejarse de los escenarios, donde como pájaros los naipes volaban en sus manos.
Nunca más se colgaría atado con un saco de fuerza de los edificios más altos de Nueva York para renacer como el Ave Fénix.
La relación se deterioraba, la ausencia de hijos profundizaba la distancia.
En todas las caras que aplaudían sus destrezas, encontraba la mirada ausente de su progenitora.
Nada le importaba sin ella.
El paso del tiempo mostraba el desgaste físico del escapista, cada día sentía la dificultad que aparecía al despojarse de las cadenas que lo habían privado de la libertad en un juego , no le satisfacía emerger de las profundidades liberado.
Bess, su esposa lo esperaba ansiosa para abrigarlo, sin embargo el frío gélido le recordaba a su madre, sin ella nada tenía sentido, ni la gloria y los laureles podían proporcionarle un poco de paz.
Cansado, sin fuerzas, decidió darle un cambio radical a su vida.
La tarea sería otra, se convertiría en espía, debía desenmascarar a los que jugaban con las ilusiones de los crédulos.

Aún después de muerta Cecilia, sería su guía.

La soñaba durmiendo y despierto, quería sentir nuevamente esa voz que lo arrullaba cuando niño, en la lejana Hungría.

Esa noche se contactaría con un espiritista, necesitaba una señal de su madre.

La reunión se concretó por la noche, velas, incienso, flores, papeles suspendidos en el aire enrarecido, en medio de la sesión el médium tomó una hoja, escribió una frase.
Con el alma lacerada descubrió el engaño.

Al leer la misiva observó que estaba escrita en un idioma desconocido por su mamá .
Lloró amargamente por el frustrado encuentro.

A partir de ese instante quien fuera conocido como el gran mago Houdini, comenzó a perseguir y espiar a quienes se burlaban de los sentimientos ajenos, jamás permitiría la deshonra a los recuerdos de quien lo había traído a la vida.

Los recuerdos de Budapest dolían en el corazón.

Convertirse en espía, sería el mejor tributo de un hijo a su madre, tarde, muy tarde nuevamente el destino los había unido.

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