Monday, May 09, 2011

GOTAS DE AGUA




Ansiosa le pregunté a la nube que me cobijaba cuando me convertiría en una gota de agua.
Respondió que para ello ocurriera debería vestirse con colores grises muy oscuros que ocultaran el cielo diáfano que todos disfrutaban.
Me contó que tenía que llamar al viento para que trajera a sus hermanas.
La inmensidad del firmamento requería que fueran muchas nubes las convocadas.
Sugirió que utilizara la imaginación para estar en diversos sitios, de esa forma la espera no se haría demasiado extensa.
Me despedí hasta que la magia del encuentro de nubes trajera la lluvia, así podría viajar acompañada.
Con sus manos imaginarias abrazó a otra nube para que mi desplazamiento me llevara a recorrer lugares impensados.
Antes de mi partida me contó que me cuidara del sol, no era un enemigo, sus rayos dorados lograrían que desapareciera.
Formé parte de una llovizna tenue.
Asustada me caía en un páramo.
Los pocos girasoles que había en el sitio acongojaron mi alma.
Cabezas de color marrón ornamentadas con pétalos amarillos, no adoraban a Febo, apenas sostenidas en tallos débiles,miraban como la tierra resquebrajada mostraba el interior se sus entrañas.
Me quedé un rato, sola no podía hacer nada, jamás sin ayuda podría otorgarle fertilidad a ese suelo tan árido como triste.
Esperé un rato.
Asustada escuché los rumores del viento.
La tormenta de tierra quería absorberme.
El alarido de un trueno me puso en estado de alerta.
Con fuerza inesperada me disolvió en miles de gotas transparentes.
Huí de la desgracia como pude.
Llegué a un sitio soñado.
Una pareja se prodigaba besos y abrazos.
Decidí no interrumpir tan tierna escena.
La luz que emitían las luciérnagas indicaron que iba por el camino correcto, estaba cansada.
Me posé en una flor a la que vestí con gotas de rocío, aumenté la fragancia que emanaba.
Descansaría sobre el terso terciopelo de las flores hasta que legara el momento de partir.
Amanecer cálido, cielos pintados de naranjas para recibir al astro rey.
Debía huir antes de desintegrarme.
Encontré una cascada.
Ese lugar me permitiría cantarle a las piedras, mirar como los cerros mojaban su falda en el río sonoro.
Un vencejo que tenía el nido detrás de la cortina de agua me dijo que si quería conservar mi vida, debía alejarme.
Agradecí su palabra.
Curiosa entré a una iglesia de madera, bautizaban a un niño.
Nada mejor para posicionarme como gota que acariciar esa cabecita inocente.
Busqué mi vestido salado para ser parte de las lágrimas de emoción que ruedan por el rostro de los seres que aman.
Quería ser parte de la fiesta que le brindaban al recién nacido.
Tuve pánico cuando una señora de traje azul y cofia blanca con puntillas con un papel quiso sacarme de la ventana en la que estaba apoyada.
Ascendí rápidamente a los cielos en búsqueda de mi amiga nube, estaba oculta detrás del destello plateado de la luna.
Le conté mis pesares, siempre quise estar al lado de los que me necesitaran.
Jamás sería parte de un río caudaloso que se lleva pensamientos y recuerdos.
Riendo me dijo, debes esperar el momento preciso para aparecer.
He aprendido a conocerte, sé que no quieres dañar a nadie, jamás serás parte del río turbulento que arrasa con todo.
Tu lugar está en el centro del alma de los pocos seres que pueden dar rienda suelta a sus emociones.


http://www.youtube.com/watch?v=fvbEgPlvgGE&NR=1

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