Tuesday, February 01, 2011

HISTORIA DE UN PAYASO




El paso del tiempo hace que sienta dolores en el cuerpo.
Puede disimular con maquillaje los magullones que le quedan en el rostro.
A veces quisiera poder ocultar con el mismo las heridas de su alma.
Era un chico como todos, lo conocían como el hermano del medio.
Apodo que muchos hicieron que poco a poco el nombre legítimo fuera olvidado.
Sintió desde pequeño las diferencias, no podía ser indiferente a los mimos que los padres les otorgaban a sus hermanos.
Aprendió a vivir en esa soledad no buscada, sabía del amor de sus padres, a veces retaceado, siempre los honores y la gloria quedaban en la figura de sus hermanos.
Al cumplir doce años necesitó liberarse de los estigmas que se parecían mucho a un par de muletas.
Adoraba a su familia, sin embargo se sentía prisionero entre seres que le daban un poco de cariño como si fueran migajas.
Un circo llegaría a la ciudad, sería la oportunidad de irse lejos, mansamente, sin despedidas que arrancaran lágrimas que sabía no brotarían del amor sincero.
La noche anterior en un bolso colocó algo de ropa, suficiente para comenzar a transitar el camino de la libertad.
Caminó varias cuadras, los operarios habían terminado de armar una carpa de color verde.
Allí se sentiría contenido.
El dueño del circo al verlo tan desvalido y triste le otorgó un espacio en el tráiler que compartía con su esposa, el destino no les había dado la gracia de tener hijos.
Ese niño desgarbado los haría sentir como padres.
Comenzó repartiendo volantes que invitaban a ver un espectáculo único.
Pasados tres meses el circo seguiría su derrotero, no querían dejar al niño solo.
En la casa sintieron alivio el día que el dueño del circo se acercó a pedir por el chico.
Concurrieron ante el juez para cederles la custodia de Javier.
Recorrerían distintas ciudades.
Javier conocía de memoria las actividades del circo.
Asombrado observaba a los actores que hacían piruetas en los trapecios, el paso de bellas mujeres montando caballos que desfilaban airosos sobre la arena.
Reía como nunca antes lo había hecho al ver a los payasos, sin pensar que el destino le depararía la sorpresa de reemplazar a uno de ellos.
Se preparaba como un profesional, la crema blanca ocultaba sus rasgos, una boca gigante regalaba sonrisas coloradas, lápices negros dibujaban una lágrima.
Zapatos gigantes de distintos colores contenían las pisadas.
En el ínterin Javier estudiaba, recibió el título de maestro, el que dedicaría a sus padres adoptivos.
El tiempo ha pasado, hoy será la última función del circo.
Tributará la misma a esos seres que no dudaron en aceptarlo como a un verdadero hijo.
Remienda el traje gastado.
Hoy el maquillaje ocultará las arrugas que trajo el tiempo.
La función está vendida, Javier sabe que será la última de su vida circense.
Los aplausos conmueven.
Nadie nota que las lágrimas dibujadas se diluyen.
Mientras el público aplaude de pié las intervenciones del payaso, él llora todas las pérdidas.

http://www.youtube.com/watch?v=CruJJYcRX…

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