EN BÚSQUEDA DE LOS SUEÑOS

Emily es una niña adolescente dotada de una gran belleza a la que suma inteligencia.
A la edad que las chicas de su edad jugaban o estudiaban, ella ayudaba a su familia.
A su belleza innata se agregaba el deseo de perfeccionarse.
La hermana del medio siempre está dispuesta a colaborar con sus hermanos.
No lo tomaba como una obligación, todos sus actos eran reflejo del amor que se tenían sus padres y supieron inculcar en los hijos.
Una pareja a la que jamás le había importado la diferencia de edad, siempre prevaleció el amor al que se habían consagrado.
Junto a la jubilación de marino de su papá hizo su aparición la enfermedad de su mamá, mujer joven y encantadora de la que Emily había heredado inmensos ojos verdes como las esmeraldas, el mismo color de cabello rojizo, sedoso.
No dudó en interrumpir los estudios, la vida le daría tiempo para retomarlos, la prioridad eran su madre y hermanos, sabía que trabajando ayudaría a la delgada economía de la casa.
Vivienda construida en lo alto de una colina, a la que se accedía a través de una escalera formada con piedras, la tierra generosa auspiciaba el crecimiento de árboles y flores, más una pequeña huerta en el fondo de la casa.
Emily consiguió trabajo, se sumaría al ejército de doncellas que preservaban la mansión solitaria construida en el otro lado del valle.
Rápidamente fue reconocida por su labor, ello la llevó a planificar las tareas de todos los trabajadores.
Ocasionalmente los dueños visitaban la propiedad, el cambio se notaba, ese instante sería aprovechado por la joven para presentar la planificación que le había demandado tiempo que le había robado al sueño.
El plan era perfecto, no se desperdiciaba un solo minuto, no solo era planificación sino que se permitía trabajar en forma ordenada y así gozar de horas libres que podrían ser invertidas en la recreación.
A la muchachita le gustaba el diseño, tenía buen gusto, de un vestido antiguo lograba otro distinto acorde con la época.
La mejoría de su mamá era lenta y sostenida.
Emily recibió al cumplir los quince años un broche de esmeraldas, una tradición que se transmitía desde hacía tiempo entre las mujeres de la familia, no era tiempo de agasajos en un hogar humilde.
Guardó la joya, el primer tesoro que tenía.
Al cumplir diez y ocho la muchacha abrió su propio taller en un pueblo cercano, totalmente repuesta su mamá lo dirigiría.
A Emily le sobraba voluntad, no le importaba si tenía que cubrir el trayecto caminando para llegar a destino, gozaba de la naturaleza, el canto de los pájaros, los matices que adquiría el cielo a medida que el sol lo poseía.
No tardaría en aumentar la clientela, sus diseños eran codiciados.
Han pasado muchos años, de aquella niña solo queda la mirada color esperanza.
Formó su propia familia, el viejo taller es utilizado como depósito de telas, la fortuna y el destino diseñado por ella propiciaron el nacimiento de nuevos locales, sus diseños son reconocidos en el mundo.
Mañana en las oficinas centrales transferirá el imperio que supo construir a manos de su nieta.
Liz continuará la obra iniciada por su abuela, el negocio seguirá prosperando, Emily aprendió que en la vida solo hay que correr cuando se trata de concretar los sueños.


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