Saturday, August 06, 2016

RETRATO DE LA TRISTEZA





Soy estudiante de humanidades.
Ayer la vida me sorprendió gratamente.
Concurrí a un consultorio oftalmológico, a los pocos minutos de llegar tuve la suerte que apareciera en el mismo lugar la mujer que casualmente había encontrado en el bosque solitario, la dueña del aljibe que linda con los fondos de mi propiedad.
Caminaba lentamente, su vestimenta era negra, detalles superficiales cuando su mirada se encontró con la mía.
Instante que no olvidaré jamás nunca había visto unos ojos apresados por la tristeza infinita de quien ha perdido el tesoro más preciado de su existencia.
No quise abordarla estaba inmersa en sus pensamientos, solo rogué que el cirujano no llegara en horario para poder estar a su lado.
Ignoro si el encuentro fue producto de la casualidad o la causalidad, me inclino por esa segunda opción.
Adiviné que es una mujer reservada que no abre su corazón a cualquiera.
Mientras otros pacientes hojeaban revistas decidí quedarme a su lado respetando el silencio.
La espera que para otros hubiera sido extensa para mi fue corta.
No le conté que tenía acceso a los cuentos que le dedicaba a diario a su hijo.
Una barrera invisible nos separaba.
En un instante se dirigió a mi diciéndome que le parecía haberme visto en alguna parte.
Comenté que éramos vecinas, relajada comenzó a relatar la historia de su pequeño que había partido hacía poco más de once meses.
La escuché con atención, no quise vulnerar la tristeza que cual manto la cubría diciéndole que había leído algunos textos de su producción literaria.
A cada momento evocaba recuerdos de su hijo adorado.
Sentí ternura cuando contó detalles de la vida del muchachito, ganas de abrazarla cuando sus ojos vidriados por las lágrimas ,
El retrato de una inmensa tristeza relataba con voz pausada y firme relataba el lazo especial que los unían.
Sentí impotencia y dolor al no poder contenerla cuando refirió con detalles la internación de ambos.
Supe que solo una madre puede soportar estoicamente quince días al lado de la cama de su pequeño gigante como ella lo llamó en algún momento,
Entendí su soledad hasta que la hice propia.
Comprendí que era una mujer a la que no la atraían los objetos materiales, su pasión era el hijo muerto de manera prematura.
No me sentía con la capacidad necesaria para interrumpir el relato con preguntas banales ante semejante infortunio.
El tiempo que duró la charla estuvo siempre con la presencia de la ausencia de su niño.
No es un juego de palabras sentía paz al oirla mencionar cada detalle. Traté de contener msu llanto al mirar a esa mujer meuda que decia intentaba armar el rompecabezas de su vida aún cuando en su interior sentía que no tenía sentido.
Comentó que concurría al cirujano pues abrihava la eterna intención de observar las fotos de su hoja sin distoriones.
Un latigazo helado recorrió mi espalada cuando expresó que a diario acaricia el monitor de su computadora ya que tiene como fondo de pantalla el rostro de su hijo.
No soy madre aún así entiendo que debe ser doloroso acariciar una foto sin recibir nada a cambio.
Por fin llegó el cirujano, escuché mi nombre agradeciendo estar primero que ella, algo que me permitiría esperarla.
La invité a tomar un café con delicadeza lo rechazó, intuí que quería estar en su casa para seguir venerando a su hijo amado.
Durante la espera puedo afirmar recibí la mejor clase de humanidad.
Le pedí me permitiera acompañarla las pocas cuadras que nos separaban de nuestros domicilios
Aceptó y sentí un pantallaza de paz cuando continuó relatando vivencias de un pasado reciente.
Ignoro si el destino me brindará la posibilidad de volver a verla pese a la cercanía.
Hoy comprendí que el dolor de una madre no se puede cuantificar con palabras.
No deseo ser impertinente ni perturbar el sentimiento de una madre vencida, sin embargo me tomo la licencia de pedirle a ese ángel que permanentemente vive en el recuerdo de quien lo trajo a la vida, a ese ser iluminado y a la vez elegido por Dios, que más allá del tiempo que falte para que se produzca el reencuentro de una madre con su hijo, le digo que ambos renacerán cuando el destino los junte y como dice ella en el final de cada cuento que jamás olvide cuanto lo quiere su mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=4MkVwZaJCF4

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