Saturday, August 27, 2016

TU MIRADA EN MI ALMA






Hijo adorado mañana se cumplirá el primer año de tu partida tan prematura para una madre es injusta aún cuando entienda que Dios te eligió para llevarte a su lado al ver que en la tierra era imposible mitigar los dolores físicos.
En el Reino de los Cielos el padecimiento terminaría para siempre.
Por ser como fuiste merecías integrar el conjunto de ángeles que lo acompañan en el universo celestial.
Si supieras mi pequeño os efuerzos que hago para recordarte en paz.
Paz que algún día no lejano me será otorgada como una bendición.
Ahora no es tiempo.
Desde que no estas mi cuerpo mi alma es una herida que sangra por un dolor que no se puede mitigar,
Hay médicos para todas las especialidades de las enfermedades que pueden aquejar a los seres terrenales.
No hay en este mundo profesionales que tengan una pócima para curar las llagas sangrantes que la ausencia del ser humano que más se amó.
Te traje a la vida para que aquella fuera plena, pletórica de momentos felices que te atydaran a crecer sin que nadie te lastimara.
Mi pequeño filósofo revivo a cada instante los momentos compartidos.
Tu pensamiento brillante lograba que tus pensamientos fueran más allá de la edad cronológica.
No puedo evitar la mueca de una sonrisa que no termina su cometido al evocar tu predilección por el mar.
Sonreían tus ojos al internarte en sus aguas.
En estado de alerta te advertía de los peligros que conllevan los espacios desconocidos.
Eras chico cuando pediste realizar clases de buceo, hoy sé que lo hacías pues eras un investigador nato y allí donde la vista no alcanza a mirar te divertías con nuevas experiencias.
Tus ojos de caramelo irradiaban luz cuando contabas la belleza de los bancos de corales, los peces haciéndote compañía como si fueran guías turísticospara enseñarte que en el fondo del océano pudieras encontrar la belleza que muchas veces no encontrabas en el mundo terrenal.
Sé que tu mirada aún cuando estés en las alturas también ha quedado allí.
No hay felicidad más grande para una madre que observar la alegría de su hijo adorado.
Eras precavido y nunca te alejarías más allá de donde tus fuerzas te lo permitieran.
Al salir airoso de esa travesía, extendías tu cuerpo sobre las arenas blancas para contarme tus andanzas acuáticas,
Con una sonrisa me decías, tranquilízate má, mirame estoy bien.
Como quisiera ser la dueña del tiempo para anclarlo en los días felices.
Nadie pensaba que en pocos años la alegría mutaría a la tristeza más dolorosa que es no tenerte conmigo.
Tenías una vida por vivir realizando viajes que te permitieran conocer otros modos de vida, otras culturas.
Nadie pensó que agazapada la muerte te esperaba.
Mujer misteriosa quelleva a los elegidos a la antesala de otros planos que alojan los espíritus como el tuyo para hermanarlos en un solo lugar.
A ella no le importaba el sufrimiento de los que quedaban en absoluta soledad,
Algún día no lo sé quizás entienda que ese es su trabajo.
Tengo infinidad de preguntas para formularle, es probable que la mayoría no tenga respuesta, sin embargo la seguiré esperando.
Mientras viva jamás podré olvidar una fría tarde de junio, por conocerte como te conozco sabía que algo te perturbaba y no te animabas a preguntar para no lastimarme.
Ty cuerpo comenzaba a mostrar diferencias, ya no eras el muchachito de rostro rozagante.
Tys facciones habían cambiado, tu cara mostraba signos de cansancio.
De manera imperceptible comenzaron a mostrarse ángulos en tu rostro que antes estaban ausentes.
Me dijiste que no me preocupara que te sentías bien, mentira piadosaqye una madre descubre en un instante.
Aparentemente buscabas un libro en la biblioteca de manera distraída.
Cerré el libro que me habías regalado.
Imtuí que algo queróas decir.
El silencio podía escucharse y de pronto sin asir ningún ejemplar me preguntaste sin anestesia ¿Ma que harías si re faltara?
La respuesta fue inmediata de dije que adonde fuera no irías solo, siempre estarías juntos.
Hoy puedo sentir el abrazo interminable que nos dimos.
Las lágrimas nos hermanaron querías huir del tema no estaba dispuesta a terminarlo son hablar.
Pese a que hiciste todos los intentos por tranquilizarme concerté una cita con el médico, curiosamente el cheque salió dentro de los valores normales.
Sin embargo la espina de la curiosidad siguió clavada en el fondo de mi alma.
Comenzaba el mes de julio.
Fuimos a ver a varios especialistas, casi todos coincidían en el cansancio propio de la altura del año.
;i intuición de mamá era más potente que la razón.
El siete de julio te vio otro médico diagnosticó una bronquitis, la respuesta desganada fue que con nebulizaciones el cuadro iría cediendo.
No ocurrió.
Sin querer escuchabas que comentabas con rus hermanos de la vida que no te sentías bien, también suspendiste las conversaciones por Skipe aduciendo que el servicio no funcionaba.
Meses después de tu partida supe que a todos les pedías que tuvieran cuidado con los Wasap pues tu mamá estaba cerca.
En agosto comenzó el peregrinar por distintas instituciones médicas, el diagnóstico terminó en la internación.
Horas antes que llegara la ambulancia había decido estar a tu lado.
Lloramos juntos como si fueramos dos chicos.
El resto es historia conocida.
No estaba sola cuando partiste yna mujer valerosa estaba junto a mi.
Los latidos de tu corazón eran cada vez más espaciados. Con la mano derecha sostenía tu mano la izquierda estaba apoyada en tu pecho.
Los latidos no se escucharon más, te abracé como nunca para devolverte a la vida.
No pudo ser.
Rompí la promesa de no llorar como un torbellino aparecieron las lágrimas, mi hijo querido había partido una soleada y fría mañana de agosto.
Tu belleza quieta hubiera deslumbrado alo mejor pintor.
Hjo me pregunto en qué fallé, que imití hacer.
Estuve a punto de fotografiar ty cuerpo inerte, eñ dolor le cedió el paso a la razín, esa imagen que ni en sueños hubiera querido ver esa guardada en mi corazón.
Una parte de mi se fue con vos, alí debe estar y no haré nada para traerla a mi lado.
Estuvimos juntos hasta el fin.
Mientras iva no olvidaré que en sueños producto de los calmantes djiste como si un duenda fantasmagórico te interrogara que vivías en determinado lugar.
Algo me animó a preguntarte con quien vivías la respuesta fue “ “Con mi mama”.
Tres palabras tan dulces como el néctar de las flores, tres palabras que son y serán la razón de mi existir.
Mi cielo, esta mujer que desde que no estás se ha convertido en una sombra nunca se cansará de repetir que mientras me esperas y se produce el anhelado reencuentro, no olvides cuanto te quiere tu mamá.


https://www.youtube.com/watch?v=aXYtJB7Qslk


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