Buenos días hijo querido.
Te saludo en una mañana calurosa.
Agotado Helios, permitió oscuros celajes cubran el
firmamento.
En vida decías eran días insulsos, así llamabas a todo
aquello que no tuviera definición.
Precisas eran tus opiniones, siempre dejabas palabras para
reflexionar.
Se estoy en tu corazón, con agrado hubiese ocupado tu
intelecto, al que los opacos quisieron subestimar.
El famoso doble discurso, te quiero en la misma proporción
que puedo dañarte.
¿Por qué aceptabas a quienes tenían solo diatriba para
ofender?
Reacción que te hace
más grande.
Recuerdo tus respuestas ante la evidencia de la opacidad
“Dejalos ma, en algún momento se cansarán.
¿Por qué no transmitiste un poco de sabiduría a los parásitos?
Seguramente ocupaste tu tiempo valioso en tareas más
importantes para no descender los peldaños que llevan al inframundo.
Situación que satisface mi orgullo de mamá del ser más
luminoso que conocí.
Pueden imitarte, nadie será como el original.
¿Cuándo aparecerás en mis sueños?
Deseo concretar la utopía de darte un beso.
Compartir mis sueños con el ser más amoroso que ocupa ni
alma toda.
Conocés detesto los días
que conforman el fin de semana o los feriados.
Reconozco tu espíritu andariego.
No estabas casi nunca, solo regresabas con una amplia
sonrisa, anunciando habías regresado.
Situación que desde hace más de seis años no se ha vuelto a
repetir, ello provoca mi angustia al comprobar nunca más volverás a casa.
Anoche Morfeo me transportó al borde de un acantilado,
conociendo padezco vértigo.
Ignoro por qué eligió ese lugar tan aciago.
Si se trató de una provocación.
Todos los que me conocen saben de mi hastío de usurpar suelo
terreno, ello no significa nada que pueda vulnerar tu memoria y recuerdos.
Si pretendió enseñarme la soledad, perdió tiempo. Conozco
ese estadío.
El lugar era inhóspito.
No había una sola
flor como en un famoso cuento de Gabriel García Márquez.
Ni siquiera era un sitio para dialogar con Cronos, nada debo
conversar con quien abusa de su esencia
para mantenerme donde no deseo estar.
Afortunadamente desperté.
En la vida a veces, tomamos caminos
Equivocados
Trato de no cometer errores para no lamentar acciones que no
son propias de mi carácter y no serían
la solución a nada.
Encontré un poema de un autor inglés del siglo XVII, es mi
deseo compartirla en este enlace que nos acerca a diario.
“El camino no elegido
Autor: Robert Fost
Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo,
Y apenado por no poder tomar los dos
Siendo un viajero solo, largo tiempo estuve de pie
Mirando uno de ellos tan lejos como pude,
Hasta donde se perdía en la espesura;
Entonces tomé el otro, imparcialmente,
Y habiendo tenido quizás la elección acertada,
Pues era tupido y requería uso;
Aunque en cuanto a lo que vi allí
Hubiera elegido cualquiera de los dos. ambos esa mañana
yacían igualmente,
¡Oh, había guardado aquel primero para otro día!
Aun sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante,
Dudé si debía haber regresado sobre mis pasos.
Debo estar diciendo esto con un suspiro
De aquí a la eternidad:
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia.”
Versión de Agustí Bartra
Querido mi mayor deseo es verte corporizado para poder
conversar asidos de las manos.
No es justo me nieguen la potestad de poder acariciarte.
Necesito sumergirme en tu mirada para lograr atisbos de paz.
Reiterar la
incondicionalidad del amor y quedarme con vos por toda la eternidad.
Necesito mirarte, volver a conversar con la mirada sin
utilizar el don de la palabra.
Esa era la manera de entendernos.
La mejor complicidad entre dos seres que se adoran con
idéntica intensidad.
¿Por qué todo ello se lo llevó esa desconocida no querida
por ningún humano o terrenal.
Te amo hijo querido.
Te pido ayuda para llegar a vos.
Quiero contarte como es un día solitario en la tierra, algo
que no puedo modificar sin tu asistencia divina.
Como en cada enlace he de pedirte, nunca olvides cuanto te
quiere, mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=2Vv-BfVoq4g
No comments:
Post a Comment