Buenos días hijo querido.
Ansiaba este momento para establecer estos contactos
maravillosos.
Veintitrés días sin escribirte significó una tortura,
difícil de sortear, no solo por el dolor físico sino por la imposibilidad de
contactarte por este medio.
Importante pues permite a diario vuelva a renacer.
Con esperanzas nulas, ayer fui a consulta traumatológica.
Solo se encendió una pequeña luz cuando tuve que pasar
primero por la sala de rayos y luego por la sala de yesos.
Ansiosa pregunté al especialista si quedaría en libertad.
Lacónico, respondió,
“En un momento lo sabremos”.
Con maestría, tomó una hoja de bisturí para cortar los vendajes sujetando el yeso.
Creo escuchaba los latidos de mi corazón.
Con suavidad lo quitó para concluir diciendo queda en
libertad condicional.
Al preguntar por qué, ,expresó durante varios días tendré
que cuidar el brazo para que no reciba nuevos golpes y realizar unos ejercicios
para recuperar tonicidad muscular y la recuperación total de la fractura.
Si bien soldó, el
yeso se lleva como mínimo de treinta a sesenta días.
Debo agradecerte lo hayan quitado siete días antes.
Tengo permiso para escribir no más de una hora.
Desde aquí pido disculpas al Doctor G, dado que es poco el
tiempo para estar con vos en el regreso donde nuestros corazones vuelven a
unirse en libertad.
Vos me cuidaste desde tu hábitat y en suelo terreno he
tenido una angelita guardiana que no dejó de atenderme y mimarme durante todos
estos días más largos a los habituales.
Uno de las misiones que tengo en la tierra es concretar
estos reencuentros de corazón a corazón.
No imaginás la necesidad que tenía de demostrarte la
intensidad de mi cariño.
El deseo de darte un beso cada mañana al despertar horas
ociosas estirándose en el tiempo
Quiero decirte que ese musculo con aspecto de puño cerrado
de color rojo siempre estuvo al lado de tu esencia.
Vector del amor más puro que puede existir.
Con esa intensidad nos queremos los dos.
Sos la mitad de mi vida, cuya ausencia no puedo tolerar.
Encontré una poesía
referente al corazón del que sos el único dueño para siempre, la dejo
para compartir.
“Mi corazón amerita
de Ramón López Velarde
Mi corazón leal, se amerita en la sombra.
Yo lo sacara al día, como lengua de fuego
que se saca de un ínfimo purgatorio a la luz;
y al oírlo batir su cárcel, yo me anego
y me hundo en ternura remordida de un padre
que siente, entre sus brazos, latir un hijo ciego.
Mi corazón, leal, se amerita en la sombra.
Placer, amor, dolor... Todo le es ultraje
y estimula su cruel carrera logarítmica
sus ávidas mareas y su eterno oleaje.
Mi corazón, leal, se amerita en la sombra.
Es la mitra y la válvula... Yo me lo arrancaría
para llevarlo en triunfo a conocer el día,
la estola de violetas en los hombros del alba,
el cíngulo morado de los atardeceres,
los astros, y el perímetro jovial de las mujeres.
Mi corazón, leal, se amerita en la sombra.
Desde una cumbre enhiesta yo lo he de lanzar
como sangriento disco a la hoguera solar.
Asi extirparé el cáncer de mi fatiga dura,
seré impasible por el Este y el Oeste,
asistiré con una sonrisa depravada
a las ineptitudes de la inepta cultura,
y habrá en mi corazón la llama que le preste
el incendio sinfónico de la esfera celeste”.
Con palabras sencillas se puede mostrar la belleza de las
letras.
Tu hermano de la vida ganó las elecciones de la Procuraduría
de la Ciudad de Buenos Aires.
Tendrá un cargo más alto.
Ni hubo un solo día que no nos comunicáramos,
Aún, cuando estaba en pleno acto electoral, no olvidó
mandarme un cariñoso mensaje.
Quiero pedirte ayudes al esposo de quien te precediera en el
camino.
Mi ruego es que no padezca sufrimientos en el tránsito
final.
Fueron los primeros en acercarse a la unidad sanatorial
cuando comenzaste el proceso para que tu
alma estuviera en la eternidad.
Quiero verte ahora.
No es
bueno, vivir en medio del peor dolor
Te amo tesoro de mi alma.
Sos mi vida por ello
la necesidad para que nuestros corazones estén juntos para siempre.
Quiero y necesito llegar a vos, poco tengo que hacer en la
tierra.
El tiempo transcurre a demasiada velocidad.
No existe sitio para la aceptación de tu ausencia.
Te extraño.
Nadie ha podido enseñarme a vivir sin vos.
Hijo querido, hoy como siempre he de pedirte nunca olvides
cuanto te quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=iYi526FkcL4
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