Sunday, December 02, 2007

ÁNGELES DESNUDOS

Cuando terminó el verano los ángeles quedaron desnudos, estos príncipes que conforman las huestes celestiales migrarían a otros sitios para recuperar la belleza de sus alas.
Muy pocos quedarían en la tierra, para saber quienes partirían se formó un concilio, eligieron para reunirse un casa en la ladera de la montaña, el aroma a rosas recién cortadas inundaba el lugar.
La mañana aún estaba soleada, el tiempo tibio invitaba a reunirse a la orilla de un río cristalino, las aguas cantaban entre las piedras.
Entre todos decidieron que lugares ocuparían, algunos adornarían cual estatuas los jardines de las iglesias, otros quedarían plasmados en los vitreaux de las mismas.
Los de color gris estarían en los mausoleos vigilando el sueño eterno de los que habían partido.
Una vez que todo estuvo organizado, partieron en diferentes direcciones.
En su camino a las puertas del cielo se dieron cuenta que el más pequeño no viajaba con ellos, desde ese lugar del universo lo dotaron de poderes especiales.
Pese al frío Haniel no perdería las plumas de sus alas, su misión sería cuidar a un niño que el destino y las guerras habían dejado solo.
Cuando encontró al pequeño Manuel, éste intentaba arreglar con sus manitos lo poco que había quedado de su casa.
Imperceptible Haniel observaba el trabajo del chico, trataba de despejar las piedras amontonadas en la puerta , su carita tenía muecas de dolor, allí el ángel decidió ayudarlo sin que lo vieran.
Por primera vez Manuel sonreía, no entendía de dónde salían sus fuerzas, en un rato había acomodado los escombros formando un camino, con la ayuda del ángel la casa era otra vez habitable.
La cama de Manuel estaba intacta, al salir la primera estrella decidió acostarse, el ángel lo cubrió con sus alas para darle calor.
El niño dormía profundamente, con la tranquilidad de quien se sabe acompañado, en sueños sintió la voz de su madre, con una sonrisa en los labios le decía cuánto lo amaba, aún cuando no la viera, siempre lo acompañaría, le pidió que no tuviera miedo, siempre estaría para protegerlo, rodeó el cuerpo de su hijo con un abrazo, le daría calor y fuerzas para enfrentarse a la vida.
Manuel ya es un hombre, conformó una linda familia, con Laura esperan el primer hijo, están eligiendo nombres, el médico les anunció la llegada de un varoncito.
Hoy nació Haniel, fruto de dos seres que se aman inmensamente, es un niño elegido, los padres miran la belleza angelical del recién nacido.
Manuel mira los ojos de su hijo, en ellos observa la mirada serena del ángel que lo acompañó durante toda su vida.
El pequeño descansa en su cuna, mueve las piernitas, logra quitar la sábana que lo tapa, sus papás lo miran con amor, Laura al ver al pequeño le dice a su marido, Haniel, parece un ángel desnudo.

1 comment:

enrique villela said...

Lo voy a leer despacio, lo que he leído me gusta
e.villela