Friday, July 24, 2009

ACCIÓN SOCIAL



Soy terapeuta ocupacional.

Mi trabajo me lleva a enfrentarme con la realidad todos los días.

Chicos desnutridos por inacción de las autoridades, padres sin trabajos dignos.

Esta mañana el director del hospital en el que cumplo funciones, firmó una circular donde se informa que el fin de semana recibiremos a las autoridades del Ministerio de Acción Social. Tendré la responsabilidad y la libertad al tomar importantes decisiones.

No permaneceré callada ante las dificultades que atravesamos a diario y la indolencia innata de los funcionarios.

Redactaré un petitorio, seguramente el personal de planta de la institución adherirá en sus conceptos.

No temo las represalias.

Voy a pedir aquello absolutamente necesario.

Preguntaré a las autoridades en qué se gasta el presupuesto que tienen asignado para cubrir a los más necesitados.

No es justo ver chicos descalzos a los que a simple vista se les pueden contar las costillas, con tallas muy por debajo de las normales.

No está en mi espíritu ser cómplice de la pérdida de una generación, ajena a los negocios que propician desde las altas esferas, ignorando a las madres, con la mirada perdida en un futuro incierto por la falta de solidaridad de quienes deberían proveer los faltantes.

No voy a detallar todo el informe si contendrá las necesidades más básicas.

Imprimí el escrito.

El sábado amaneció congelado, dormí mal, en mi mente estaban las imágenes de los que viven a cielo abierto,los que caminan sin rumbo buscando un refugio para atemperar el frío de sus cuerpos y almas.

A media mañana tres autos oficiales y sus respectivos custodios estacionan frente al hospital.

Un asistente del secretario del viceministro encabeza la comitiva.

Pasará por todas las instalaciones.

Llega a la pequeña oficina en la que espero, le entrego el sobre con los pedidos, se detiene un momento para leer.

Levanta la vista del papel para obsequiarme una mirada cargada de odio.

Eleva la voz para preguntarme quien soy para redactar semejante escrito.

Sin turbarme ante esos ojos inquisidores, le respondo, soy una argentina que trabaja y me gustaría saber adónde va a parar el dinero de mis impuestos, ya que como puede observar aquí falta de todo.

Hoy lunes recibí el telegrama de despido, lo presentía.

Buscaré otro empleo, siempre haré resaltar la verdad.

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