Thursday, April 21, 2011

EL HOMBRE DE LA PLAYA




Lentamente cae la tarde reflejando los matices morados del crepúsculo en los acantilados que parecieran haber sido cortados prolijamente por la mano del hombre.
Danzando el agua va horadando las rocas.
Suaves desniveles se sumergen en las oscuras profundidades del océano.
Nocturno silencioso.
Tiempo de estrellas y destellos plateados de luna surcan el firmamento.
La brisa apenas mueve las ramas de los árboles de la costanera.
Una sombra se agiganta.
Desde un lugar cercano observa las pisadas que el hombre solitario va dejando en la arena.
Detiene la marcha.
Pareciera estar esperando a alguien que no llegará.
De tanto en tanto consulta el reloj.
El viento no permite que encienda un cigarrillo.
Hace años Esteban compró la cafetería, por su local han pasado toda clase de personas y personajes.
Percibe la tristeza del hombre que espera.
Instante preciso para ofrecerle compañía.
Coloca café en un termo, un abrigo y una bufanda morigerarán el frío de una noche gélida.
Buscarán el refugio que ofrece el boulevard costero.
Los escalones servirán para descansar el cuerpo luego de la caminata, solo la mente estará siempre en alerta.
Al principio la conversación tocará temas formales.
El hombre de la playa siente necesidad de compartir su pena.
Esteban escuchará una intensa historia de vida.
A medida que transcurre el relato Diego se quiebra varias veces.
Hacía pocos meses la mujer que más había amado en la vida decidió partir.
Le cuenta que quien le había robado al corazón era una mujer de extraña belleza.
Rostro cincelado por un escultor en un momento de gloria.
Mirada triste, azul como el agua quieta de un lago, a veces velada por las lágrimas que traía una depresión de origen desconocido.
Labios generosos en el momento de compartir el néctar de un beso, figura espléndida.
Mujer dispuesta a escuchar y resolver los problemas ajenos, descuidando los propios.
Ávida de cariño y caricias, esas que concluyen en abrazos que no conocen el tiempo.
Se amaron con locura.
Compartían cada minuto de sus vidas.
Una noche idéntica a la de este instante decidieron caminar por la playa, abrazados para darse calor mutuamente.
Juntos proyectaban el futuro, las risas rompían el silencio de la noche.
Estrellas cual brillantes colgados de un cielo oscuro y transparente serían testigos de un amor eterno.
No pudo detenerla cuando ella ingresó al agua.
Nadó furioso hasta que perdió las fuerzas.
Vanos esfuerzos para recuperar el cuerpo de la mujer que con paciencia había grabado con todos sus sentidos el alma de un hombre solo.
Desde aquel día todas las noches camina por la playa, busca una señal para reunirse definitivamente con ella.

http://www.youtube.com/watch?v=3MalkG4o4vA

2 comments:

EG y ML said...

visitanos!!!

http://ardiendoeneldeseo.blogspot.com/

Rolando Pituti Correa said...

Historia de amor y misterio. Fuerte imagen de un hombre solo mirando un horizonte vacío, buscando una respuesta...
Música de amor acorde con la historia.
Aquí te hago una corta visita por ahora, Agustina. Volveré.
Un beso.

Rolando