Thursday, July 14, 2011

BANDADA DE RECUERDOS




Pese a su juventud, la enfermedad le había agregado años.
Para desplazarse se apoyaba en un bastón de madera noble.
No quería que el hombre que más había amado en la vida la viera vencida.
Los asistentes mantenían la mansión impecable.
Cuando el sol emergía desde las profundidades del océano, insistía en levantarse, por nada del mundo se perdería los suaves colores del amanecer.
Preparaba el desayuno para esa familia que habían conformado, basada en un amor intenso y duradero, tres hijos representaban el sentir más elevado que surge entre un pareja.
Pasó momentos inolvidables y de los otros, no por carecer de belleza habría de olvidarlos.
Instantes que sirvieron para adquirir experiencia, de los errores aprendía.
A todos los que la conocían les decía que en el corazón tenía estantes divisorios, allí descansarían los momentos que más de una vez lograron que su rostro se bañara de lágrimas.
Meses después aceptó transportarse en una silla de ruedas, las piernas no respondían.
Mañana primaveral.
Árboles con brotes nuevos daban vida a las ramas antes desnudas.
Canteros rebosantes de coloridas flores.
Fragancias mezclándose en armonía.
Delicia para cualquiera que quisiera inventar un nuevo perfume.
Con ayuda cortó las hojas secas de los geranios, cual cascadas perfumadas salían desde los balcones.
Tan hermosos que podían esconder el frío hierro de las rejas.
Pidió a Silvia que la llevara bajo el árbol de cerezos, recordaba lo habían plantado cuando nació el primer hijo.
Ordenó que los pájaros enjaulados fueran liberados.
Sonrió al verlos apurados por desplegar sus alas,elevarse al infinito.
No extrañaría la melodía de sus gorjeos, los había acunado para siempre en su alma cansada.
La acompañante le recordó que en poco más de una hora sería visitada por el médico..
Lo recibiría en el jardín.
Una manta intentaba darle tibieza a las piernas rígidas.
El profesional indicó llevarla a un centro de salud.
Sabía de esos lugares fríos, donde el amor no puede contenerse.
Sitios que tienen horarios estrictos para visitar a los enfermos.
La respuesta no tardó en llegar, conocía que el hombre que alguna vez había pisado la luna, testigo de encuentros amorosos en la tierra, no había encontrado aún cura para una enfermedad tan cruel.
Los últimos días de su vida los pasaría en su casa.
Nada la haría cambiar de opinión.
Crepúsculo sabatino.
Cielo de tonos púrpuras y rosados, cortejo perfecto para que apareciera en el firmamento el primer destello plateado de la luna.
Árbol de cerezos cargado de flores blancas.
Fragancias exquisitas envolvían con su halo a la familia.
Miradas escondidas detrás del llanto.
La mueca de una sonrisa trajo el último suspiro.
En el instante que se despedía de la vida, los pájaros a los que le había dado libertad , silenciosos se posaron en los brazos vestidos de follaje y flores del árbol.
Aves sabias acompañarían el ascenso a los cielos de una mujer valiente.
En vida había pedido ser despedida con alegría.
Ellos sabían que cuando en el cielo titilaran las estrellas podían encontrar el rostro de la madre, esposa o hija.
Las horas de dolor que trae la muerte temprana serían suavizadas por el aleteo de otros pájaros que habitan en la eternidad.
La imagen de un ángel, solo fue perceptible para aquellos que alguna vez sintieron amor.
Ese ángel de alas transparentes, replegó sus alas, de esa forma cobijaría el alma de una mujer inolvidable que alguna vez, para alegría de muchos,vivió en la tierra.


http://www.youtube.com/watch?v=q0B-UnJO-8w

1 comment:

depoetasylocos said...

esta demaciado bueno