Friday, July 22, 2011

EL DILEMA DE CRONOS





El protagonista de esta historia es un niño curioso como corresponde a todos los chicos.
En esta ocasión puedo ubicarlo en cualquier parte del planeta.
No debo dotarlo de un nombre especial por las razones expuestas.
Puede estar en cualquier rincón que te guste.
Al pie de una montaña reparándose del frío, sin embargo es capaz de observar la inmensidad y la belleza de la naturaleza.
A la orilla del mar arrojando piedritas, asombrado miraría los círculos que se forman en el agua para luego desaparecer con el vaivén de las olas que mueren coronadas por estelas blancas y espumosas que dejan marcas en la arena dorada.
Podría estar caminado por una ciudad muy poblada.
Las ventanitas de los edificios sonreirían a su paso.
Cientos de luciérnagas encendidas alimentarían la imaginación prodigiosa que tienen los chicos.
Cada luz iluminaría historias conocidas o por conocer.
En esta ocasión el protagonista estará en una plaza.
Una de tantas que se encuentran en los pueblos.
Columnas con luminarias encenderán los canteros cubiertos de flores.
Tal vez iluminen los brazos desnudos de los árboles que el invierno desviste.
Pocas hojas doradas u ocres crujirán bajo sus pies.
Sentado en un banco observará las estatuas.
No podrá acercarse demasiado, la mayoría está resguardada por rejas para impedir la maldad de los hombres que no dudan en esgrimir un aerosol para pintarlas.
Una ocupa el centro del espacio.
Tendrá que atrevesar un sendero de plantas sin flores.
Una placa deslucida indica que es la representación de Cronos.
Recuerda que su maestra le dijo que es el Dios del tiempo.
Plaza solitaria.
El niño y el mármol serán los protagonistas.
Sabe que tiene que formular una pregunta interesante, quizás no lo sea para el monumento.
Osado como todo niño lanza la pregunta.
¿Por qué la vida es tan corta y la muerte tan larga?
La figura toma vida en la imaginación del pequeño.
Momentos mágicos.
La talla de piedra extiende sus brazos, desea contener ese corazón inquieto.
Logra sentarse, en las rodillas sostendrá al chico.
Siente deseos de acariciar cada pensamiento que nace en una mente que no ha sido contaminada.
Busca la manera de llegar sin dañarlo.
¿Cómo hacerlo?
Encuentra la solución le dirá al novel visitante que el tiempo no puede medirse, por lo tanto es imposible medir lapsos de vida o muerte.
Tratará de explicarle que las ausencias lógicas que se producen en la vida no están sujetas a medición alguna.
Solo atinará a darle un consejo, le pedirá que viva cada circunstancia como si fuera la última o la primera, en cada detalle encontrará las respuestas a los dilemas que acosan la mente de un nene.
Es tarde, las primeras estrellas encienden el firmamento, son las que todos los atardeceres le dan paso a los destellos de la luna redonda.
El niño de esta historia hoy aprendió que las cosas que son inalcanzables no tienen explicación, entiende que las pérdidas no son tales si se las transforma en recuerdos.
A llegar a la casa abrazará a los seres que le han dado vida.
Nadie sabe que ha ocurrido con la estatua de mármol, uno de sus ojos marca un guiño, cómplice de la inocencia de los más pequeños.

http://www.youtube.com/watch?v=54HBnB5RD7E&feature=related

1 comment:

Devendra said...

exiquisito esa clase de relaos que te hacen soñar ... muy lindo :)

besos