Wednesday, October 10, 2012

LA MUJER DE LA SOMBRILLA







Era la primera vez que llegaba a la ciudad una muestra de arte itinerante.
Se expondrían las obras de artistas geniales.
Todo estaba preparado en la sala de cultura del municipio.
Nadie quiso perderse semejante muestra artística, la comunidad estaba expectante en los días previos.
Guardias de seguridad habían sido asignados para proteger semejante tesoro.
Muchos aplaudimos la llegada de los camiones que transportaban fortunas incalculables.
En una semana la exposición estaría abierta al público.
Todos trabajamos sin importar el horario, las horas invertidas no se tenían en cuenta, el espectáculo debía estar a la altura de las circunstancias.
Los jardineros recortaban el césped con tijeras para no dañarlo era necesario que se pareciera a una alfombra verde.
El tiempo acompañaba.
Días tibios, los rayos de sol tenue iluminaban todos los espacios.
La tierra removida de los canteros lograba que las flores estuvieran más erguidas, los árboles comenzaban a mostrar sus brotes, los perennes codiciados frutos.
Adecuadas luces señalaban el camino.
El día anterior a la apertura se realizó un ensayo, en el salón principal todo era brillo y color.
Al pié de los atriles se colocaron diversos arreglos florales.
Fui privilegiada, observé sin público cada obra de arte.
Varías me impactaron.
En una de las esquinas resplandecían los famosos girasoles de Vincent Van Gogh, los azules de otras  pinturas, dorados, ocres y rojizos eran un deleite para el alma.
Jamás había visto tan cerca a La mujer de la sombrilla de Claude Monnet.
También el arte argentino estaba representado a través de los trabajos de Peres Celis, convivían en perfecta sintonía con los cuadros de Quinquela retratando el barrio de La Boca.
Antonio Berni y sus paisajes amados.
Raúl Soldi tan cerca de los ángeles al restaurar los vitrales de la Capilla Sixtina.
No puedo nombrarlos a todos, esos todos que estaban enlazados en el mismo instante atemporal de la muestra.
Para guiar a los turistas que se acercaron a la exhibición el secretario de cultura nos entregó un folleto, cada empleado debería representar el cuadro que más impacto le había causado.
Elegí ser La mujer de la sombrilla, en dos noches confeccioné mi traje con gasas volátiles y etéreas de suave color pastel, no faltó el sombrero con cintas y flores naturales, la sombrilla completaría el atuendo.
A nadie le conté por qué me sentí identificada con esa mujer aparentemente indefensa.
A nadie le conté de los desengaños inmerecidos.
A nadie le conté que fuimos una pareja perfecta hasta que el destino dijo basta.
Nadie supo que guardé en el olvido los pedidos de perdón reiterados, no era yo quien debía otorgarlo.
Nadie supo que no te guardé rencor, de lo vivido extraje experiencia.
Nadie sabe que no te espero.
Nadie sabe que guardé las canciones que me dedicaste.
Hoy por un rato disfruté ser La mujer de la sombrilla, mujer completa sin ironías ni sarcasmos.
Mañana enfrentaré la vida con esperanza, sin pedir nada que no merezca
Con la ilusión, el optimismo, la certeza que entiendas que no cambié.
En esta ocasión es absolutamente necesario decir adiós para siempre.


http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=UOtSOOfjAfE

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