Monday, January 16, 2017

EL SENDERO DE LAS PIEDRAS





Aristóteles y Platón decidieron encontrarse a orillas del Mar Egeo para continuar una discusión filosófica a la que deseaban encontrarle un final respetando la libertad de pensamiento del otro.
Meses antes habían encontrado con una mujer desconocida.
Pese a que vestía la clásica túnica blanca que usaban las mujeres griegas y llevaba como aquellas sandalias anudadas con cintas de cuero hasta la rodilla, no era una fémina que perteneciera ni a ese lugar ni a ese tiempo.
No dudó en acercarse a los filósofos para preguntarles cual era el camino que debía seguir para encontrarse con una ilusión.
La tristeza de la mirada de ese ser los conmovió.
Rápidamente la invitaron a presenciar la charla que ellos mantenían al respecto.
Aristóteles decía que la ilusión es una percepción mental fuera de la realidad en cambio Platón sostenía que si bien todos los terrenales tienen ilusiones, algunas suelen están en el terreno de la patología mental.
Para simplificar el concepto negaba la existencia de las mismas dado que según su pensamiento cuando esa patología fuera tratada las ilusiones desaparecían.
Ella escuchaba en silencio la charla de los grandes filósofos en ningún momento dijo que no estaba de acuerdo con ninguno de los dos.
Las ilusiones existen más allá de una enfermedad de la psiquis.
Al notar el desconcierto en la cara de la mujer le pidieron unas horas para llegar a un acuerdo que fuera satisfactorio para los tres.
Durante ese tiempo permanecería alojada en la vivienda del sabio de ese lugar.
Un anciano encantador que la recibió como si fuera su propia hija.
Faltando horas para la cena la llevó a caminar a orillas del mar.
Mientras la caminata se extendía el anciano le preguntó que la había llevado a realizar ese viaje en el tiempo.
Con la mirada vidriaados por las lágrimas próximas a caer confesó que lo único que le interesaba era que le indicara qué camino debía seguir para lograr cumplir el sueño tantas veces acariciado de poder darle tan solo un beso a su hijo desaparecido prematuramente.
El viejecito le contestó que tenía la opción de seguir a los maestros de la filosofía o bien emprender el sendero de las piedras que la acercaría a su hijo amado, anticipándole que aquellos la invitarían a recorrer las pirámides egipcias para encontrar respuestas que calmaran su angustia y agobio cincelado en la mirada.
Le indicó como llegar a ese camino tan especial, no estaba a mucha distancia de allí.
Se acercaba la hora de la cena, ella apenas probó las exquisiteces elaboradas a base de pescados.
El anciano la instó a comer pues necesitaba energías para seguir su derrotero.
Por la mañana se encontró con los filósofos como le había anunciado el anciano la invitaron a acompañarlos a Egipto .
Según ellos las pirámides guardaban en cada piedra secretos ancestrales.
No sabía cómo rechazar la invitación de dos grandes.
Optó `pr decirles que ella en soledad encontraría en camino correcto.
Los filósofos se mostraron azorados ante decisión de la frágil mujer.
Nunca antes nadie había desobedecido sus consejos,
Le desearon suerte y prometieron ofrecer a su Dios una oración por la pérdida de su hijo y el camino que había elegido emprender.
A la mañana siguiente acompañada por el sabio comenzó a ascender las escalinatas de piedra.
No temió ante la cantidad de peldaños que debía subir.
Su hijo la ayudaría una vez más a lograr el objetivo.
En mi mochila llevaba botellas de agua, el resto del camino le ofrecería cataratas de ríos cristalino donde podría saciar su sed.
El ascenso fue duro, como primaba la ilusión no patológica de concretarla suiguió caminado.
El paisaje cambió.
No dudaba que la música que llegaba a sus oídos provenían de citaras ejecutadas por maestros.
Ninguna nota en discordancia, en ese estado de absoluta paz pudo visualizar el cuerpo y alma de su hijo adorado.
No pudo evitar el llanto acumulado durante tantos meses.
Cuando intentó abrazarlo la figura se desvaneció.
Tengo la certeza de haber escuchado tu vos rogándome que regresara.
Nunca se borrará de mi mente esa visión sagrada, no pude abrazarte y besarte como quisiera.
Sé que estás allí por eso te pido como siempre que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=LDN6AXOZL3s

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