Un día tan soleado como hoy, llegaste a mi vida a media mañana.
Imposible explicar con palabras la emoción de vernos por primera vez.
Un niño hermoso que abría sus ojos al mundo observándolo todo.
Desmitificando las creencias de algunas abuelas que dicen que los bebés no ven.
Por la expresión de tu mirada era fácil deducir que asombrados mirabas un mundo nuevo.
No existe sensación más bella en el mundo que tener a un hijo en brazos por primera vez.
Oír sus primeros vagidos y luego un llanto sonoro como anunciando que habías llegado.
Fuimos felices desde el inicio, cómplices y compinches como pocas veces he visto en la vida.
El juego de conversar con las miradas lo descubrimos juntos, de manera casual, a los pocos años de comenzada tu vida.
Una existencia que nadie pensó que duraría tan pocos años.
De haber estado juntos físicamente hubiéramos realizado una pequeña celebración.
Desde pequeño demostraste que si bien eras sociable en demasía, para ciertas fechas no te gustaba estar con mucha gente.
Hoy esta conexión es diferente a las otras.
No quiero apabullarte con palabras que ambos conocemos.
Las contradicciones aparecen con preguntas que ambos conocemos y por ahora no tengo respuesta.
Un día como hoy, soleado pero con mucho frío, a media mañana tu corazón dijo basta.
Te amo.
Nunca olvides cuanto te quiere tu mama.
https://www.youtube.com/watch?v=W7gI8WN3Cgg
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