Friday, January 21, 2011
HISTORIA DE UN BAILARÍN
Quiero que conozcas mi historia.
Duendes imaginarios me permiten te escriba desde el cielo.
Paisaje que me recuerda a mi lugar de nacimiento.
Ciudad de casas bajas y jardines cuidados.
Me río cuando escucho que adjetivan como Doña Rosa a las personas que se ocupan del espectáculo.
No es así.
Cuando comencé a bailar en mi patria chica todos se reían de ese muchacho desgarbado que amaba la danza.
El ruido de los aviones al principio me asustaba, despegaban cerca de la casa que compartí con mis padres.
A tan corta edad los niños se asustaban con el sonido rugiente de las turbinas.
Creí que era uno más de ellos, no fue así.
Sentí que me discriminaban cuando se enteraron que cursaba danzas en el Teatro Colón.
Todos me señalaban con maldad, no me importó nada.
Mis oídos se cerraban ante los comentarios adversos, lo motes que lastimaban a mi familia.
Cómo no recordar a mi hermana, ella creyó en mí.
La recuerdo juntando la plata que me llevara al teatro.
Épocas de sacrificios para concretar los proyectos.
No conocía a nadie.
Flaco, desgarbado las chicas no reparaban en mi persona.
No creas que me sentí víctima, nada de eso.
Me dolían las piernas, la perseverancia lograba hacerse carne en mi cuerpo.
Gasté zapatillas en los escenarios.
Necesitaba ser reconocido.
No te espantes.
Mijail apareció en mi vida, no me costó nada enamorarme de un hombre que sabía reconocer el esfuerzo y el arte.
Juntos partimos a otros mundos.
Los teatros agotaban las entradas para verme.
Grande supe de la gloria no buscada en mi terruño.
Tarde, muy tarde.
Estaba enfermo.
Disfruté todos los aplausos.
Salir en la portada de los periódicos.
Las críticas eran bienvenidas, fortalecían mi espíritu.
¿Qué más podía pedir?
Nada.
Conocí la gloria, el triunfo.
Nos escondimos para amarnos sin barreras que anidan en las mentes cerradas que no saben que el amor, es amor y punto.
Mi hermana guardó todas las condecoraciones recibidas.
No me importaban.
Partí como lo hacen muchos, con la satisfacción de haber conocido el mundo, recibir aplausos sin que nadie señalara mi condición.
Hoy estoy lejos, puedo estar en los recuerdos de los que admiran el arte.
¿Fracasé?
No, si aún te emocionas al escuchar los acordes de la música que me permitió elevarme a los cielos.
No, si aún te estremeces mirando imágenes en blanco y negro.
No, si supe estar en una de las celdas que están en tu corazón.
http://www.youtube.com/watch?v=3-4J5j74VPw
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