HISTORIA DE UN VOLCÁN

Hace muchos años, tantos que no los puedo contar nací junto a mis hermanos a la orilla del mar.
Juntos atravesamos el planeta para mostrar paisajes y colores diferentes.
Pese a pertenecer a una misma cadena montañosa la vida marcó diferencias entre nosotros.
Mis hermanos son admirados, en verano se visten de verde, en las laderas más bajas crecen flores silvestres y suave gramilla que invita a caminar, acariciando con frescura, los pies descalzos de un hombre o una mujer que buscan quietud para entregarse al placer.
Ellos han sido testigos privilegiados del nacimiento del amor, en los huecos de la superficie contuvieron a las parejas que no podían disimular los sentimientos.
Rodeados de árboles de variados matices se veían imponentes.
El estío los vestía de infinitos verdes.
El otoño mostraba tonos ocres y rojizos.
En invierno la nieve eterna coronaba sus cúspides con un manto blanco.
Las aves buscaban y encontraban refugio para edificar sus nidos.
Tuvieron el inmenso placer de convertirse en pistas de esquí reconocidas en el mundo por aquellos a los que les gusta sentirse como los pájaros y volar.
Fueron y serán visitados siempre por los amantes del deporte de las montañas.
Puedo asegurar que los he visto sonreír cuando los fotografiaban.
También los vi llorar cuando algún desatinado los hacía objeto de un incendio intencional.
Pudieron recuperarse del maltrato de los hombres, florecer y morir una y mil veces.
Siempre mojan su falda en el mar, en las profundidades adquieren más belleza aún.
No estoy celoso, son parte de mi familia, no nos tratamos con asiduidad.
Me siento solo.
Siempre visto de color gris, casi negro como el cielo sin luna, despojado de estrellas.
No me gustan las rejas que han puesto a mis pes, los carteles que indican que soy peligroso.
Cuando la soledad oprime mi alma de piedra, mis gritos son desgarradores.
Enciendo la corona recortada que termina mi figura.
Le pido a Gea que me ayude a temblar, no quiero hacer mal, deseo que todos tomen debida distancia, no los quiero dañar.
Hace tanto tiempo que estoy solo, necesito que por un instante reparen en mí, no soy tan malo como dicen por allí, es mi mayor anhelo que me quieran y respeten, un poco de admiración no viene mal.
Estoy en constante comunicación con mis iguales, ellos padecen como yo la soledad.
Decidí ser noticia.
Mis cenizas son codiciadas, le doy riqueza al suelo, nunca verás rosas tan bellas como las que contienen la intimidad de mi ser.
No medí consecuencias, quise volar para que me tuvieras en cuenta.
Oculté el sol.
Logré que el día diáfano se transformara en noche oscura.
Mi manto de cenizas cubrió el cielo.
No derramé la lava ardiente que acuno en mi corazón.
No quise hacer daño.
Tal vez en algún momento decida morir, no tener actividad que asuste.
Cuando ese día llegue me gustaría que a este volcán que hoy amedrenta a muchos, solo lo acompañes tu.
Pide para mi una vestimenta que contenga todos los matices, pide que las flores nazcan a mis pies, pide que los que me temen, solo me respeten.
Pide por un mundo en que la igualdad sea un bien para todos.
Pide por todo lo lindo que quieres para ti.
No dudo que Vulcano recibirá a este volcán.
Me dejaré morir cuando tu encuentres paz.

http://www.youtube.com/watch?v=xDRDyCEVBww