SABRINA, UNA MUJER

La mayoría de los seres humanos dice que el alma de la mujer es insondable, que como tales acudimos a un pseudo misterio para ocultar los sentimientos, nada más alejado de la verdad.
Intentaré sin falso feminismo demostrar lo contrario.
¿Como lo haré?
No existirán los artilugios que utilizan los que amamos la escritura.
No habrá estrellas que enciendan el cielo.
Tampoco destellos de luna que regalan al mar tonalidades plateadas.
Las olas no danzarán dejando estelas espumosas en la arena.
Los cerros con cúspides nevadas que acarician cada centímetro de su majestuosa superficie, por primera vez no estarán.
No hablarán ni los cerros ni los volcanes.
Ella es la protagonista.
Cuando se trata de llegar al otro no se necesitan palabras bonitas.
Solo paz y soledad.
Intentaré contar la historia de Sabrina de la manera más sencilla.
Percibo que cuando vuelque la misma habré aprendido a escuchar los latidos del corazón de una mujer.
Sabrina vive en cualquier lugar, por sobre todas las cosas ama vivir, compartir realidades.
Para no perder instantes coloco en mi bolso un pequeño grabador.
No hubo engaño, ella sabe que no quiero perder ningún detalle,es consciente de mi tarea.
Solo contará cada una de sus vivencias.
Encuentro afable en un lugar cálido.
El crepitar de los leños incita a conversar.
Fuegos fatuos no se encienden, cenizas que se elevan.
Deseo dejarla hablar.
La música suave alienta a Sabrina.
Me comenta que sus amigas no la veían bien.
Aprovecharon la visita de un grupo internacional, el objetivo era sacarla de una angustia temporal.
Río cuando expresa que se sentía extraña con los pantalones y campera de cuero negro.
Maquillaje exagerado con la intención de ocultar el estado de ánimo.
Sobre el césped todos bailaban y aplaudían esperando el espectáculo.
Las coloridas luces bajaron la intensidad.
La música lejos de alegrarla producía un efecto no buscado.
En la mitad del recital Sabrina desapareció.
Agua tibia recorrería su cuerpo,quitaría las máscaras.
Apagué el grabador.
No necesitaba más para escribir la historia de una mujer desolada.
Repiquetea en mi mente una pregunta que no pude responder.
Quiso saber cómo reaccionaría yo.
Un abrazo fue mi respuesta.
Hoy le envié un mail.
Está contenta, comprendió que la vida es corta y merece gozar cada instante.
Espero que como Sabrina, todos los que se encuentran en idéntica situación entiendan que solo se vive una vez.

http://www.youtube.com/watch?v=UotEpmrTNSk