HOJAS DE PAPEL

Ángeles es una mujer de carácter afable.
Las circunstancias de la vida hicieron que perdiera el trabajo en un prestigioso estudio de abogados.
Al principio sintió el sabor de la derrota.
En tiempos actuales es difícil insertarse en el mercado laboral.
Emprendedora como pocas optó por alejarse del llanto que le produjo el episodio.
Tenía sentimientos encontrados.
No recibiría como antes un sueldo jugoso que le permitía disfrutar de pequeños placeres.
También sintió alivio y por sobre todas las cosas libertad.
No estaría más en un sitio donde se guardaban expedientes cuyas historias conmovían al ser más fuerte.
Hechos que muchas veces desgarraron el alma de la protagonista de esta historia.
Allí supo que el alma de algunos individuos tiene precio, cuando más alto era, esos poderosos estaban construyendo laberintos de los que sería difícil salir sin lastimarse.
La vida seguía.
El destino quiso que justo el día que se produjo el despido pagara la última cuota del crédito hipotecario de la casa que habitaba.
Ubicada en un paisaje que solo se concibe en los sueños.
Frente al un espejo de aguas azules, a veces mansas, otras alteradas por el viento.
El clima cálido propiciaba los jardines exuberantes.
Follajes verdes salpicados por flores multicolores.
Allí las mariposas detenían el vuelo etéreo, replegaban las alas, el néctar de aquellas sería suficiente para prolongar la vida de esos seres alados.
No era momento de bajar los brazos, la vida continuaba.
Modificó el salón que daba al jardín,ahí estableció su negocio.
Una librería pequeña en la que no faltaba nada.
En los estantes cuidadosamente descansaban las hojas de papel.
Lisas, textura rugosa para albergar las primeras pinceladas de los noveles artistas.
Cuadriculadas para lograr la escritura pareja de los más pequeños.
Rayadas con el objeto de contener la pluma prolija que se deslizaba sobre ellas.
Coloridas, esas que se utilizan para armar papirolas.
Figuras plegadas de papel que podían volar cual pájaros surcando el cielo.
Block de cartas que serían suplantados por los mensajes electrónicos.
Hojas de papel capaces de llevar las palabras más bellas, aún cuando el destinatario careciera de un corazón latente.
Palabras, muchas palabras se podían verter en esas hojas delicadas.
Palabras que serían respondidas o no.
El tiempo inexorable las dotaría de un color sepia, idéntico a las hojas del otoño que cubren todos los caminos.
Hojas crujientes semejantes al rayo de sol que muere entre las nubes.
Ángeles conoció otras historias.
Amables, extremas.
Mientras acomoda los estantes esperando la llegada de nuevos clientes, recuerda.
Muchas hojas de papel han recorrido distancias inconmensurables, han sido portadoras de alegría, una lágrima furtiva ha borroneado alguna letra.
Otras hojas de papel se detuvieron para siempre en un camino incierto.
La mayoría emprendió vuelo, notificaban palabras de vida o muerte.

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