ADIÓS TRISTEZA

Cada amanecer la tristeza llamaba a su puerta, eran amigas inseparables, compartían soledades, espacios vacíos.
Se contaban historias, el objetivo era alejarse de los relojes que marcaban sus días.
Esa mañana optó por no abrirle las puertas de su refugio,debería ignorarla si pretendía darle un giro a su vida.
Ardiente el sol iluminaba con sus rayos dorados los jardines de la casa, intentando que tuviera un amanecer diferente.
Mientras se relajaba debajo del agua de la ducha, sonrió optimista, con la toalla enrollada en la cabeza, sacó el vapor que nublaba el espejo, la imagen que le devolvía era diferente, el rostro no mostraba tensión, había recobrado el brillo en la mirada.
El cambio comenzaría por fuera, en veinte minutos la recibió el estilista, cambió el color negro de los cabellos, un corte moderno la favorecería, algunas mechas doradas enmarcarían su rostro.
La felicidad la embargaba, caminaba sin rumbo hasta que vio el cartel en la agencia de viajes.
Observó varios catálogos, antes de optar por un paseo al Caribe.
En tres días estaría a bordo de un crucero, aún le quedaba tiempo para renovar el vestuario, optó por vestimenta colorida, atrás quedarían los trajecitos negros o grises ,colores que reflejaban no solo el estado de ánimo, también con esos matices sepultaría ingratitudes.
La vida la encuentra navegando.
En el crucero todo es lujo y alegría, esta noche habrá una fiesta en el casino. Busca en su guardarropas un vestido azul hace juego con el color de sus ojos.
El salón está iluminado, parece de día, etérea se desplaza, siente que todos fijan la mirada en su cuerpo esbelto, sonríe.
Comienza a jugar tímidamente,la suerte la acompaña.
La intención es pasar un rato ameno.
No le alcanzan las manos para tomar las fichas, prolijamente las guarda en la cartera.
En la puerta del camarote, él la aborda, la invita a tomar una copa, una noche inolvidable comienza.
Llegan a destino, no está sola.
Caminan por playas de belleza indescriptible, se miman, la atracción es mutua.
Esa noche compartirán la velada en un lugar cercano a la costa, no sabe que en el momento del brindis recibirá una alianza.
Se prometen amor sincero, consuman los sentimientos.
El amanecer los encuentra juntos, el cielo diáfano ha sido testigo del inicio de una relación duradera.
Hoy viven en una playa semejante al paraíso, ninguno de los dos regresó al lugar de origen.
Adiós tristeza, juntos comienzan a transitar otra vida.

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