CAMPANADAS DECEMBRINAS

Se trata de una casa cómoda, enclavada en las montañas, esas que sin prurito sumergen sus pies desnudos en las profundidades del océano.
Entrelazados los cerros conforman una bahía, ella la bautizó la del Encanto.
En temperoda estival anclan curceros de todas partes del mundo vienen a conocer las bellezas sureñas.
Los pasajeros son recibidos con alegría.
Cada habitante solícito quiere mostrar la hermosura que Dios regaló a ese sitio tan pintoresco.
Contarles que en verano si bien las aguas son heladas, nadie puede perderse la oportunidad de caminar por las playas solitarias.
Decirles que caminado solo unas cuadras, las arenas sin marcas los llevarán a cuevas que se dejan ver cuando la luna aún cuando esté entregada al descanso permite se refugien los enamorados.
Cuando llegó hace seis años, el viento había vestido el paisaje de blanco.
Puntillas de encaje bajaban desde los cerros adornando la vegetación que había mutado del color verde al amarillo o rojizo.
Nada de lo que había conocido se parecía a ese lugar, el último de la tierra, el más austral.
En ese punto los océanos se casaban mezclando sus aguas azules, intrépidos, profundos, con coronas de espuma blanca, había que navegar muchas horas para encontrar el continenente balnco, habitado por hombres y mujeres de todas las razas dedicados a la ciencia.
Estrechos serpenteaban alrededor de muchas islas.
Indómito el mar se cobraba la vida de aquellos que intentaban apoderarse de la belleza, solo un ser superior llevó a los estudiosos a elegir esos sitios como patrimonio de la humanidad toda.
Todos los hombres de buena voluntad tenían derechos antes desconocidos.
La idea de este relato no es brindar una clase de geografía.
La protagonista de este cuento es una mujer que eligió ese sitio soñado para instalarse con su familia, sabe que no será definitivo.
El trabajo del hombre que ama la llevará a recorrer otros paisajes, siempre volverá a ése.
Nunca se le ocurrirá medir el tiempo, deja que cada día fluya.
Aprendió en pocos días a comprender el mensaje del viento, ráfagas violentas muchas veces hundieron para siempre los coloridos barcos de los pescadores, sin pensar que los amores en tierra los esperaban agitando pañueos blancos.
Cierra la ventana.
Los cristales se hacen escuchar movidos por la brisa fuerte, poderosa no será capaz de borrar los recuerdos.
Modificó una parte de la casa que habitaba , quería hacer realidad un sueño.
El salón amplio fue dotado de una mesa de noble madera, allí se instalarían las computadoras que serían utilizadas por los poetas.
Un árbol de navidad preside el sitio.
Cada adorno tiene el nombre de los amigos que supo cosechar en tanto tiempo dedicado a la escritura.
Las tarjetas que le agregó parecen pájaros a punto de desplegar las alas para abrazarlos a cada uno.
Andariega de los espacios cibernéticos conoció actitudes que no sumaban, el entendimiento no decía presente.
La pequeña que le alcanza las guirnaldas tropieza con unos adornos oscuros.
Serán colocados en una caja, no es necesario deshecharlos, en ese cuadrado de cartón dormirán hasta que el alma los vuelva a incoporar con los demás objetos.
Es tarde, el sol apenas brilla, se resiste pese al horario a alejarse.
Noches cortas, sueños que desconocen los avatares de la naturaleza.
Amanececeres dorados.
Nada cambia los estadíos del tiempo.
Es hora de preparar el brindis de las fiestas decembrinas.
Música suave acompañará cada instante.
La noche clara , es hora de levantar las copas.
Ella brindará por todos los seres que ama, tamién por aquellos que se han alojado en su alma, con una sonrisa recordará a esos otros que vagan por el universo sin querer hacer daño, no obstante no miden el tenor de las palabras.
Doce campanadas.
Es hora de amar fraternalmente.
En su copa las burbujas de champaña indican que ha llegado el momento sagrado de desearles a todos una Feliz Navidad, en siete días más, despedirán el año, para todos y cada uno Feliz Año Nuevo.

http://www.youtube.com/watch?v=oQtqo018C…