NOSTALGIAS DE OTOÑO

Recuerdo los Idus de Marzo, ocurrió hace mucho tiempo, por aquel entonces un emperador romano fue destituido.
Las glorias y honores quedaron sepultados en la memoria de algunos.
El poder que supo ejercer se diluía como agua entre las manos.
Los hechos históricos quedan casi en el olvido.
Observo el almanaque en poco menos de tres semanas este pájaro de coloridas alas quedará expuesto, sin plumaje que lo proteja, casi desnudo.
He sido un ruiseñor feliz.
No dudé en regalarte mis gorjeos cuando en el cielo aparecían las luces resplandecientes del alba.
Me gustaba observarte descorriendo las sábanas que cubrían la escultura de tu cuerpo, con esa mirada que solo yo conocía bajabas las persianas de tu cuarto.
Siempre entendí que necesitabas tiempo que te alejara de los sueños nocturnos para comenzar un nuevo día.
Contemple tus estados de vigilia, eras más hermosa de lo que cualquier ser terrenal pudiera imaginar.
Tu cara cincelada por un escultor descansaba plácidamente sobre la almohada, los cabellos dorados la enmarcaban placidamente.
Me detuve para admirar el manto de tus pestañas tan oscuras como tupidas, parecías un ángel dormido.
Sé que mis trinos lejos de producirte molestia te agradan, dibujando en tu rostro de porcelana la más bella de las sonrisas.
La tecnología no solo te permitió fotografiarme bebiendo el néctar de las flores también grabaste cada uno de los sonidos que se convertían en melodía.
Debo viajar hacia otras latitudes, lugares tal vez desconocidos donde la primavera es un estallido de fragancias y colores.
Quizás no entienda el idioma, la musicalidad de mis trinos logrará que por fin establezcamos esa conexión que he tenido contigo.
Otras sonrisas me darán la bienvenida, ninguna será como la tuya.
Sabes que no hago diferencias, el mundo es universal a todos aquellos que albergan en la intimidad de su ser promesas de nuevos días, proyectos a punto de concretarse.
No creas que no entiendo tus lágrimas de impotencia cuando alguno de aquellos no llega a iluminar tus anhelos.
Debo partir, no puedo ni debo dejar de pedirte que recuerdes cada momento compartido.
Deja que las hojas del almanaque vuelen cual pájaros sin destino predeterminado.
Sé que en un rincón de tu alma inquieta tienes un lugar destinado para mí.
No quiero despedidas que producen angustia.
No quiero que derrames una sola lágrima.
No te darás cuenta del paso del tiempo, prometo regresar para ser el artífice de tus sonrisas.
Sigue mi vuelo hasta que no me veas, sigue mi vuelo hasta el instante que me convierta en un punto que se desvanece en el horizonte.
Sigue mi vuelo con tu pensamiento, solo él me traerá de regreso.



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