El mundo parece confluir en ese punto estratégico de la Ciudad de Nueva York.
El visitante novato no puede dejar de visitar los centros culturales,
teatros, auditorios que se mantienen en constante actividad.
Variedad de espectáculos que cubren las expectativas
conocidas o por conocer.
Las luminarias encandilan, propiciando que cualquier fantasía
se pueda cumplir.
En un lujoso restó varios amigos armaron una recepción
espontánea, la idea era no dilatar por más tiempo el abrazo y la conversación.
En pocas horas pasaron como flashes épocas de nuestras vidas
en distintos rincones del planeta, el tiempo corría veloz.
Fue una noche de reencuentros y el placer de compartir con
los amigos, amigos que la distancia circunstancial logran se fortalezcan los
lazos que nos unen.
En esos instantes comprendemos que solo la adversidad nos
podría separar.
Pese a que los subtes no me atraen de manera especial mañana
conoceré la Estación Central.
Como dedos extendidos se abren los andenes que llevan a
diferentes destinos, millones de almas utilizan este medio para transportarse con
su bagaje de sueños y esperanzas.
Mi destino es incierto, solo deseo conocer la vida que
existe bajo tierra.
Historias infinitas para recrear.
Elijo el último vagón.
Una pasajera oculta su
belleza juvenil debajo de un gorro de lana.
Desde el andén Dick la busca con la mirada.
Mirada intensa que dice demasiado sin pronunciar una sola
palabra.
Repetiré el viaje para conocer la historia, Dick me cuenta
que vive con su padre, este año ha ingresado a la Universidad, no está
seguro de la carrera que eligió, lo hace para conformar a su padre, un hombre
de gran fortuna que pretende sin pleno éxito digitar la vida de su heredero.
Cualquier episodio es motivo de discusión, padre e hijo son
seres solitarios que no han aprendido a compartir.
Allison tampoco se dirige a un lugar en particular, en
silencio ambos hacen el trayecto hasta el final del recorrido para luego
regresar.
Esta noche él no llegará, Allison lo busca, preocupada
consulta el reloj.
No tardará en contarme que pese a su juventud está peleando
la custodia de su hija de cinco años, fruto de una relación con un artista que
amenaza con llevarse la niña a otro país.
Me dice que está enamorada de Dick pese a que jamás ha
intercambiado una palabra con el joven.
Es notorio que se trata de un amor a flor de piel.
Debo regresar, previamente le entregaré mi tarjeta personal,
sabe que ha encontrado alguien en quien confiar, alguien que le brinda amistad
sin preguntar absolutamente nada más que lo que ella quiera decir.
Han pasado tres años de aquel encuentro, hoy los evoco,
pareciera que los he llamado con el pensamiento.
Abandono la escritura por un momento, del otro lado de la línea
Allison me pide que viaje a Nueva York, tiene una sorpresa para darme, por lo
tanto no quiere adelantarme nada por teléfono.
Imagino mil cosas, nada se parece a la historia que en una
semana viviré.
Mis amigos tomados de la mano me esperan en el aeropuerto.
Siento felicidad al saber que Allison tiene la custodia
plena de su hija.
Esta noche recrearemos el viaje en metro, seremos los únicos
pasajeros del último vagón, en ese espacio intercambiarán las alianzas.
Mañana en una sencilla ceremonia unirán sus vidas para
siempre.
Pocas veces he visto rostros cubiertos de lágrimas tan
conmovedoras como esas que nacen en el corazón de dos que se aman.
http://www.youtube.com/watch?v=aqlJl1LfDP4
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